Mucho antes del abominable asesinato del fiscal valiente, Danilo Anderson, los medios privados ya venían trabajando sigilosamente en la elaboración de una matriz de opinión que descalificara al gobierno del presidente Chávez, el cual se ha fortalecido de manera significativa tras las abrumadoras victorias del 15-A y 31-O, pero sobretodo, a partir del proceso de normalización política que se desarrollaba en el país gracias a las frecuentes reuniones estratégicas realizadas entre el gobierno y diversos grupos económicos y sociales que de alguna manera aislaba la corriente golpista que encabezan estos mismos medios privados. De igual manera, el proceso bolivariano ha avanzado decididamente en materia legislativa con la promoción y discusión de la ley del TSJ y con la aprobación y eventual promulgación de la Ley Resorte, lo cual ha enfuriado a los dueños de medios y a la rancia oligarquía neocorporativista.
En este contexto se produce el ataque terrorista que cegó la vida de Danilo Anderson el pasado 18 de noviembre, lo cual fue condenado unánimemente por la sociedad venezolana. No obstante, esta condena le ha servido a los medios golpistas como coartada para desatar una nueva ofensiva mediática en defensa del terrorismo y contra el gobierno nacional e instituciones democráticas, imponiendo así nuevamente su agenda desestabilizadora sobre una escueta oposición “democrática” que a falta de discurso propio se ha convertido en la vocería oficial de la derecha ultrareaccionaria. Es así como escuchamos a despreciables politiqueros como William Ojeda calificar de “asesinatos” las muertes ocurridas por enfrentamiento con el CICPC de los terroristas Antonio López y Juan Carlos Sánchez, lo cual resultó ser mas bien un “ajusticiamiento” para los palangristas de medios privados o pseudo-analistas como Tulio Hernández, a quien se le ocurrió afirmar que estos indiciados murieron “cocidos a balazos”, desacreditando la ardua labor de las autoridades y obviando deliberadamente la actuación del inspector Alberto Pavón al dar su vida por el interés de la nación.
Asimismo, resulta verdaderamente patético que los medios privados ni siquiera mencionen el nombre de este valiente inspector en sus reportajes y que hayan ignorado completamente a su esposa e hijo de tres años al tiempo que le otorgan plena cobertura a las familias de los terroristas López y Guevara en los principales espacios de radio, televisión y prensa. La misma posición condescendiente para los asesinos de Danilo Anderson la han asumido los ultrareaccionarios de Primero Justicia, Proyecto Venezuela y COPEI, que después de hacer acto de contrición deplorando el atentado terrorista, asumen la pauta de los medios para hacerse pasar como victimas de “persecuciones políticas” y acusar al gobierno de “violar los derechos humanos” y avanzar en su proyecto “castrocomunista”.
Los medios y sus vasallos politiqueros deploran el asesinato de Anderson pero no quieren que las autoridades descubran a los autores materiales y mucho menos que den con la autoría intelectual, la cual ha encontrado una vez mas en los medios privados, palangristas y disociados a sus mas acérrimos defensores, permitiéndoles seguir actuando con total impunidad contra la paz y tranquilidad que desean todos los venezolanos. Previendo seguramente que ésta sería la posición que asumiría la oposición, en cadena nacional el presidente Chávez advirtió sobre la sinceridad de su condena al cobarde ataque terrorista contra Danilo Anderson, pero lo que jamás nadie imaginó es que en tan corto tiempo y con la mayor desfachatez terminaran defendiendo a terroristas asesinos.
*Internacionalista
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