El capitalismo salvaje venezolano y extranjero; capitalismo especulativo, mafioso, delincuente del empresariado de la construcción ha sido arrinconados por la acción decidida y contundente del gobierno revolucionario y las orientaciones firmes del comandante Chávez en la inapelable decisión de ayudar a miles y miles de familias de la clase media que vienen siendo estafadas por constructoras estafadoras que hicieron sus capitales millonarios con las cuotas iniciales y las mensualidades de ingenuas familias cogidas en su buena fe por pillos de cuello blanco.
Son miles y miles de familias que vienen siendo atrozmente golpeadas por los constructores, baste ver el cobro ilegal del IPC para duplicar el costo de las viviendas; las artimañas legales para obligar a las familias a pagar una vivienda inflada dos, tres, cuatro y más veces su precio inicial.
Contratos de construcción de los conjuntos residenciales para ser entregados entre 18 y 30 meses, lapsos que no se cumplen; conjuntos a medio construir, una misma vivienda vendida dos y tres veces a distintas familias; conjuntos concluidos –los menos– hace meses y que no son entregados. En suma, toda una estafa organizada, con pretensiones de ser legalizada dichas estafas, con el amparo de cámaras de la construcción, el apoyo de la prensa derechista y, por supuesto, la extrema derecha fascista que sin más se pone al lado de los estafadores, de esos vampiros que desangran a miles de familias y les violan sus derechos humanos a una vivienda digna por la que han luchado toda una vida, hecho sacrificios e incontables esfuerzos.
No había terminado el presidente Chávez de anunciar la decisión del gobierno de intervenir un conjunto de empresas constructoras que fueron denunciadas por cientos de personas estafadas y que, evidentemente, no sólo se le estaban vulnerando sus derechos sino que estaban siendo descaradamente estafadas, robadas de la manera más impúdica que se pueda concebir; pues bien, en la medida que el presidente daba a conocer la decisión gubernamental, en ese mismo instante los empresarios estafadores, la canalla mediática y la presunta oposición lanzaban sus matrices mediáticas tratando de hacer culpable al gobierno que busca, precisamente, salvar a miles de familias y asegurarles el hogar que la canalla estafadora y ladrona le ha escamoteado desde hace más de 5 años.
Las manipulaciones mediáticas de la burguesía constructora llegan al extremo de manipular a algunas personas afectadas por la estafa y ponerlas a defender a sus estafadores, a aquellos que los han llevado al extremo de la desesperación, la angustia, la disolución matrimonial, enfermedades mortales. Pretenden con la mentira mediática tapar el sol con un dedo, deslegitimar la contundente y oportuna decisión gubernamental que obligará a las constructoras, a sus propietarios a ponerse derecho, dar la cara, devolver el dinero cobrado de más (IPC) y que el gobierno le garantizará la finalización de cada conjunto residencial.
Por supuesto esas miles de personas de la clase media, llevadas al extremo de la desesperación por un grupo de agiotistas, muchas de ellas organizadas y que durante largo tiempo han acopiado información, han ido ante el Indepabis, Fiscalía General de la República y otras instancias legales a sustanciar cada caso para continuar luchando por susderechos.
La firme decisión del gobierno sin dudas que puso un freno a la gran estafa inmobiliaria; el propio gobierno reventó esa burbuja como única forma de evitar un colapso mayor, una verdadera hecatombe social que se veía venir desde hace mucho tiempo. No es sólo tomar una firme decisión y buscar con ella que se cumplan los derechos constitucionales –el derecho a la vivienda– sino con ella y su ejecución práctica, llevar la situación al nivel de bajar la enorme y creciente tensión que están viviendo esas miles de familias,
Más allá de que infinidad de esas familias afectadas no creen en el gobierno y están lejos de coincidir con él políticamente, la decisión gubernamental sorprendió a un significativo número de ellas porque la mayoría sabía perdidos sus dineros invertidos y también la esperanza y el sueño de una vivienda digna. No hay dudas que esa necesaria decisión presidencial ha generado un serio conflicto en muchos de ellos porque el discurso antichavista de la derecha mediática ha defendido y defiende a los estafadores inmobiliarios y no a los estafados, mientras que ese gobierno del que se ha dicho miles de veces que iba contra la propiedad, está defendiendo que ellos, la clase media, tenga su propiedad, tenga su vivienda propia, ¿no es contradictorio?
Pero es que, pasiones a un lado, este gobierno ha tenido no pocas políticas para defender a esa clase media inconsciente e ingrata no pocas veces, desde la eliminación de los infames créditos indexados y las cuotas balón pasando por la restitución de los dineros que en la crisis del masivo robo bancario se produjo en 1994, dinero que se daba por perdido. La eliminación del IPC, el pago del dinero de los ahorristas de la banca nuevamente estafada por sus propietarios y su colofón el banco Federal y Econinves e infinidad de medidas todas en positivo como esta última de intervenir las constructoras agiotistas y estafadoras y comprometerse a la conclusión de todos los conjuntos residenciales.
No es poca cosa lo que el gobierno ha hecho y hace por la clase media y es hora que esas familias reaccionen en positivo, que den un salto en su conciencia, que se quiten la venda de los ojos y sepan y distingan quién es su amigo y quién su enemigo. Que analicen las campañas de Globoterror, de El Nazional, El Universal, de la fulana mesa de la anti unidad, que abiertmente defienden a los ladrones de sus esperanzas y de su dinero. Ahora la canalla pretende ponerle topes a la decisión gubernamental y ellos, enemigos contumaces de la clase media, pretenden marcarle pauta al gobierno… a nombre de la clase media afectada por la mayor estafa inmobiliaria de la que se tenga memoria en nuestro país.
Esta es una lucha de clases, lo admitan o no. Es una vanguardia revolucionaria, popular, enfrentando a un sector monopólico de la construcción de la burguesía depredadora, explotadora y ladrona. Si con un gobierno de avanzada se produce una situación tan grave, ¿qué no ocurriría si volvieran a tomar el poder? ¿Creen que los Mezerhane, los Machado Zuloaga o todas esas personas inescrupulosas, pseudo constructores y pseudo empresarios, que hoy los han llevado al extremo de la desesperación no los van a robar igual o peor?
Que el momento de esta crisis les sirva de lección a esa clase media, ingenua para dejarse embobar por una propaganda bonita y ofertas engañosas y caer mansamente en trampas caza bobos, pero que se ponen histéricos cuando del gobierno se trata y nunca le reconocen una sola obra, porque hasta la sensibilidad han perdido.
El momento es crucial, de toma de conciencia, de cambios profundos en la conciencia y en la conducta social. Hay que ponerse al lado del pueblo, del futuro, del mañana, no de esa clase en descomposición, en disolución. La clase media tiene que resolver su gran dilema ideológico, no en una discusión abstracta, sino con la realidad de que están a punto de perder años de esfuerzos y de sueños y el gobierno popular es el único capaz de ayudarla a salir de tan tremendo atolladero como lo está haciendo.
(humbertocaracola@gmail.com)