Con la distorsión del mercado internacional, con el cual en diferentes naciones un determinado producto elaborado o materia prima difiere grandemente en valor monetario, en Venezuela el subsidio a varios de esos bienes no es una solución al para nadie, si no que es causa de un mayor problema, pues en un buen número de casos en vez de promoverse y estimularse una mayor producción de materias terminadas, ésta baja, puesto que quien promete hacer buen uso del producto subsidiado al final solamente utiliza una ínfima cantidad y la gran mayoría lo vende ilícitamente para ser pasado a otra nación en donde el precio de ese material es el doble, triple o mucho más, y entonces a quien se le otorga el subsidio y se le vende a precio irrisorios los material, casi sin esfuerzo se gana una muy buena cantidad de dinero aprovechándose del subsidio que el gobierno venezolano de buena fe le otorga para que produzca en abundancia una determinada manufactura o producto. Eso esta pasando en Venezuela con la gasolina para los automóviles, el abono para la agricultura, la materia prima para fabricar el plástico, etc. Etc. Con la gasolina, muchos vehículos en la frontera venezolana tiene dos y tres tanques de gasolina, pasan la frontera y venden el exceso del combustible por tres o cuatro veces su valor del que lo adquirieron aquí en Venezuela. Miles y miles de personas se la llevan de contrabando, una o dos pimpinas llenas de gasolina en el hombro y muchas más en vehículos como bicicletas, motocicletas, camiones o gandolas, por ese concepto diariamente se van millones de bolívares. Sobre este tema se escribió en un anterior escrito titulado. UNA SOLUCIÓN A UN INCENDIARIO PROBLEMA
Hoy nos vamos a referir
a otros dos asuntos muy importantes sobre el subsidio y éstos se refieren
al de la agricultura y a la industria del plástico. En la agricultura
se subsidia los insumos, el abono principalmente, que se utiliza
para desarrollarla, pero muchos agricultores toman gran parte de este
abono y lo vende para que sea comerciado en otros países y así ganarse,
sin mayor esfuerzo, una buena cantidad de dinero. Lo que perseguía
el gobierno era que hubiera una mayor producción en el sector agrícola
cuando los agricultores abonaran la tierra y se obtuviera una abundante
cosecha, pero resulta que la tierra queda sin abonar y por lo tanto
se produce una mala cosecha debido a la baja productividad de cada planta
sembrada, y para colmo entonces el gobierno le condona la deuda que
tuvo porque ella no alcanzó para pagar el crédito que el mismo
gobierno le otorgó. No, el subsidio para la agricultura
no debe ser para la siembra sino que tiene que ser para la producción,
mientras el agricultor más produzca mayor será el dinero que recibirá
en subsidio por la compra de la cosecha y así como el agricultor podrá
pagar el crédito y obtendrá una buena ganancia y esta es la manera
como se incentiva que cada vez sea mayor las siembras y por ende la
producción de los diferentes rublos agrícolas en el país. En conclusión,
no se debe subsidiar las materias primas, y si es válido subsidiar
los productos terminados listos para ir al consumidor final.
En la industria del plástico la materia prima en Venezuela está subsidiada por el gobierno y por en Venezuela conseguirse esta materia muy barata, mucha de esta pasan a ser vendida por los empresarios a otros países, después de utilizar una ínfima cantidad para procesarla en sus plantas, pero la mayoría comerciarla en el exterior, con el fin de obtener una enorme ganancia, una ganancia sustanciosa sin que le cueste mayor esfuerzo y sin producir la suficiente cantidad de productos terminados que debió producir de acuerdo a la cantidad de materia prima subsidiada que el gobierno le otorgó. De manera que lo más apropiado para el gobierno venezolano es que los subsidios se otorguen a la producción final, cuando el producto sea totalmente cosechado, agricultura, o totalmente esté totalmente elaborado y salga para ser vendido al consumidor. Sin duda que la productividad y producción de los productos básicos para el venezolano se debe incrementar más y más y ello es posible si se aplica una política inteligente y efectiva, para lo cual se debe fijar algún control efectivo y de rápida aplicación; estudiando periódicamente la clase de ajuste que se requiera.
Enero de 2011
joseameliach@hotmail.com