Efectivamente, nuestro Presidente está en deuda con un sector numeroso de la población, los inquilinos. Yo ya he planteado el caso por este medio hasta la saciedad, incluso le hice llegar una carta a Mario planteándole el problema de una familia de aquí de Cagua que tiene 36 años arrendando una vivienda y que víctima de un engaño ha sido condenada a desalojo de la misma, a pesar de la edad de sus componentes, todos viejitos, y a pesar de que fueron engañados y a pesar de que el propietario de la vivienda les ofreció, mediante documento notariado, venderles una vivienda en condiciones económicas accesibles a ellos, y no cumplió. Me parece que Mario cumplió y se la hizo llegar a nuestro Presidente porque al día siguiente de yo dejarle la carta a Mario, Chávez (19 de agosto del 2010 en Cadena Nacional) hizo alusión a lo descabellado que era pagar por un arrendamiento 3.000 bolívares y le pidió a Dario Vivas que resolviera, a través de la AN, el problema de los inquilinos. Todavía estamos esperando.
El engaño del que fue víctima esta familia no fue tomado en cuenta por los Tribunales, como tampoco lo fue el excelente cumplimiento de todos sus deberes como inquilinos, irán para fuera porque nuestro Presidente tiene una deuda con los inquilinos por los cuales en realidad esta Revolución no ha hecho nada.
Aunque una Ley de Arrendamiento debería estar bien adelantada, reconozco que redactar una Ley de Arrendamiento un poco más justa y menos capitalista que la actual no es cosa de 15 días, hay que pensarlo bien y redactar una Ley que al menos equipare los derechos de las partes en el Arrendamiento, le propongo a nuestro Presidente, que ya que a pesar del pedido que él le hizo por TV a Dario Vivas de ocuparse de eso y no lo hizo, aproveche la habilitante (pues este es un tema íntimamente relacionado con el tema de la vivienda y los damnificados) para que en principio y ya, (ya es hoy mismo) promulgue un decreto prohibiendo los desalojos forzosos de los inquilinos en cualquier caso (incluyendo aquellos casos que tienen sentencias ejecutables), hasta tanto no se promulgue una Ley que proteja los derechos de aquellos que teniendo más de 20 años como arrendatarios pretendan ser desalojados por los propietarios de las viviendas.
La nueva Ley debe otorgarle a estos inquilinos la propiedad de las viviendas arrendadas tomando como parte del valor de las mismas los arrendamientos pagados y fijándoles precios accesibles y obligación de los bancos de concederles financiamiento en esos casos.
Igualmente se proteja al resto de los inquilinos de los desalojos hasta tanto se promulgue la nueva Ley de Arrendamiento que les otorgue los beneficios que una sociedad humanista, (no me refiero a una sociedad socialista porque allí no podrían existir los arrendamientos) les deba dar, para que no puedan ser víctimas de canones desorbitados y desalojos injustos.
Cumplir nuestros compromisos es uno de los pilares de una sociedad que pretenda ir en camino al socialismo, mi querido Presidente, estamos esperando