Vicios que quiere rescatar la oposición

La angustia de Cabrujas

Hace cuestión de unos 20 años, en la isla de Margarita, el conocido intelectual José Ignacio Cabrujas, cronista, humorista y un articulista bastante crítico sobre las cosas que acontecían en nuestra realidad para entonces, comienzos de la década del 90, mucho antes de que apareciera la revolución bolivariana en Venezuela, ofrecía un discurso sobre Simón Bolívar, el 24 de julio de 1991.

Dijo cosas interesantes Cabrujas; siempre las decía. Y entre ellas, se refirió al acontecer político de comienzos de esa década de los noventa. Así, este hombre de teatro quien también fuera fanático de los Tiburones de La Guaira, se preguntaba:

“Aquí hay un nuevo país que aparece, que uno lee en los rostros de los jóvenes, de las personas de empresa joven, de mentalidad joven, que nos dicen a cada instante: ¿Hasta cuando soportar ese espectáculo bochornoso en que se ha convertido el poder en Venezuela? Ese nuevo país está pidiendo su independencia, ese nuevo país está pidiendo desesperadamente aparecer entre tanta corrupción, entre tanta palabra hueca, entre tanto bochorno moral, entre tanta politiquería, como se está haciendo en esta etapa del país”.

Que sepamos, a ningún dueño de medio se le ocurrió una edición especial de ese discurso de Cabrujas. Afortunadamente, el Ministerio del Poder Popular para la Comunicación y la Información lo editó en agosto del 2010.

El ministro Andrés Izarra debería enviar una gran cantidad de ejemplares, de modo que le salgan a dos por diputados, para que lo tengan y le den uso en la Asamblea Nacional, con lo cual deberían terminar por cerrar la boca los disociados diputados de la oposición al recordar que el régimen democrático con el que ellos sueñan, no era sino un paraíso de corrupción que generaba horror a los curas decentes que por allí están aún sin levantar la voz.

¡Aquella realidad, no era otra cosa más que basura!

Presentía este fallecido dramaturgo que las cosas estaban por cambiar y con lo cual acertó.

“Yo sospecho –decía J.I.Cabrujas- cuando veo rostros, cuando veo personas en la calle, sobre todo ahora (1991), en este país, en este momento…Es como si sintiera que viene un cambio, que esto no puede continuar. Esta corrupción que cotidianamente nos invade, este espectáculo diario del corrupto de la semana, este show de mostrar quién es el corrupto de la semana o de la quincena, porque de una quincena no pasa ninguno…llega un momento en que esta situación atosiga, porque ya no nos importa”.

Aclaremos que aquella situación que atosigaba a Cabrujas, es a la que quiere volver la banda que se opone a la revolución bolivariana y sus derivados como la penosa oposición que está en la Asamblea Nacional, la desquiciada conferencia de curas, la triste federación de comerciantes improductivos además del resto de pichones de dirigentes políticos, que mienten hasta dormidos.

Y añadía Cabrujas:

“Ya yo no quiero que me digan quien se robó los reales, yo se que se los robaron, me consta, pero ya no me basta con eso. No es que la democracia venezolana ha madurado porque ahora denunciamos a los corruptos. Estoy en absoluto desacuerdo con eso”.

Y además:

“Esa corrupción, que se nos ha instalado en la sociedad venezolana, ya no basta con denunciarla; ya tenemos que comenzar la independencia de esa corrupción”.


Lee el siguiente blog: wwwpertinentes.blogspot.com (Premio Aníbal Nazoa/2010) Mención Opinión)


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Pedro Estacio


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