Un pasito pa lante y otro pa trás

La llamada Mesa de la Unidad Democrática no sabe poner un pie adelante del otro cuando quiere avanzar, más bien se la pasa dando giros de 360 grados que, como le dijo un día Uslar Pietri a Sofía Imber, terminan dejándola siempre en el mismo lugar.

Después del macro esfuerzo que significó reunirse para llegar a las elecciones parlamentarias, como un bloque tan remendado que les fue imposible tapar los huecos dejados en la "hazaña", ahora no hallan qué hacer con las curules que les tocaron en la AN. El largo receso al que los sometió Acción Democrática en su acción abstencionista de hace cinco años, les hizo perder entrenamiento a los que tenían acumulada veteranía y experiencia parlamentaria, y ha generado desconcierto político entre los nuevos que no pueden agarrar ninguna seña que sea confiable.

Se aferran al no despreciable argumento de que 52% es más que 48%, lo cual no deja de ser una verdad tan relativa como que el partido de gobierno los supera con creces en militancia y organización a todos juntos. Tendrán que sudar bastante para llegar juntitos hasta diciembre del 2012. Dos años son demasiado tiempo como para que esa pega aguante.

Es tan poco lo que creen en el juego democrático, que a tan sólo unos días de instaladas las sesiones parlamentarias fueron a meterle chismes a Insulza y pedirle a la OEA la abierta intervención en nuestros asuntos internos. Es decir, son unos golpistas institucionalistas, unos nacionalistas vende-patria, o unos leales traidores. Cualquier apelativo que suene a contradicción les viene bien. Pero los dejaron con los crespos hechos.

La verdad es que cuesta bastante imaginarse a la señora Machado escuchando consejos de Andrés Velázquez o a Ismael García susurrándole al oído al señor Barboza. ¿Cómo harán para caminar juntos sin darse la espalda? ¿De parte de quién esperarán la primera puñalada? ¿Confía Enrique Mendoza en los adecos? Si Podemos pasó de VTV a Globovisión, es decir, de la extrema izquierda a la extrema derecha, de golpe y porrazo ¿cómo le cae eso a Primero Justicia, tan apegados sus dirigentes a la tradición, la familia, la propiedad?

En estos momentos, más de cien mil venezolanos están viviendo en condición de refugiados en centenares de lugares habilitados apresuradamente para darles albergue. Jamás en la historia venezolana se había visto un despliegue logístico de tal naturaleza para dar techo, alimentación, educación y hasta entretenimiento a tanta gente junta. En tiempos pasados se habilitaban galpones y los damnificados languidecían allí. Hoy están instalados en hoteles, posadas, oficinas ministeriales y de empresas del Estado, y en cuanto hueco ha podido encontrar el gobierno para atenderlos. Eso no ha sido noticia para los diputados "mudistas". A ellos lo que les preocupa es que el hecho le va a generar votos al Presidente.

Los medios que les sirven de tribuna reseñan sólo lo malo: que de las cien mil personas, 25 familias se quejan de que no les llega la comida a tiempo en tal lugar o que otras 30 viven en un chiquero. Aquí sí no aplican las matemáticas. El porcentaje de los que están adecuadamente atendidos, dentro de lo que cabe, es tan abrumador que esa cuenta no la sacan. No les conviene. Viven en el sueño de que el tal 52 les durará para siempre. Cuando despierten los habrá vuelto a dejar el tren.

Mlinar2004@yahoo.es


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Mariadela Linares


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