El PSUV. Son varios los temas pendientes en cuanto al partido con mayor cantidad de militantes, mayor apoyo electoral en el país y comparativamente con el resto de las organizaciones políticas del país, la más democrática (difícil demostrar lo contrario aún más desde cualquiera de los partidos de oposición) pero jamás lo suficiente para un partido revolucionario. Sin duda, después de los resultados del 26 de septiembre ha habido una profunda reflexión individual y grupal, en gran parte de sus bases y de alguna dirigencia regional y nacional por comprender cuales han sido sus causas y cuales son las acciones para corregir los errores, pero también es cierto que existen sectores dentro del PSUV que niegan la revisión, y sólo repiten lo que dice el Presidente sin creerlo y mucho menos practicarlo. El llamado del presidente, sobre el hecho de que el principal crítico del gobierno debe ser el PSUV deberíamos complementarlo con el rol propositivo que éste debería ejercer ante el gobierno. La propuesta del Presiente de diferenciar al gobierno y al partido, es una sana decisión que nos aleja de una práctica stalinista que contraviene cualquier intento por formar un sólido Poder Popular, ya que si el partido y el gobierno son lo mismo, de ahí a pretender ser el Estado y a controlar las organizaciones sociales y comunitarias sólo hay un paso, sino recordemos al puntofijismo adeco-copeyano controlando las Asociaciones de Vecinos y su desaparición del espectro vecinal como consecuencia de una práctica stalinista de la IV República. Además, la separación planteada por el Presidente Chávez de la presidencia del partido, aún cuando a toda la base del PSUV le parezca inadecuado por el aprecio y admiración que le tienen a Chávez, es una propuesta acorde con la visión autocrítica de funcionamiento de un partido revolucionario en el siglo XXI. El PSUV hasta ahora pareciera ser el MVR parte 2, con algunas mejoras de forma, que ha conservado prácticamente los mismos liderazgos nacionales y regionales, en una bajísima rotación a través de la reproducción de “maquinarias adenoides” que han permitido que se enquisten de los dirigentes históricos, con un muy bajo nivel de rotación de liderazgos emergentes. Un extraordinario esfuerzo fue la organización de las patrullas, que activaron con mucha esperanza a una increíble cantidad de militantes a reunirse todas las semanas con la esperanza de que sus voces fuesen escuchadas, pero esto no se cumplió, las patrullas se reunieron para recibir instrucciones y no para construir colectivamente, desaprovechando la oportunidad de convertir cada patrulla en una escuela de formación de cuadros. Por otra parte los espacios de debate hasta ahora han sido escasos, castigando muchas veces cualquier posibilidad crítica dentro de los espacios de encuentro, incluso contraviniendo el estímulo a la autocrítica dictaminada por el mismo Presidente del partido. En la actualidad, los liderazgos tradicionales del PSUV ven las elecciones de base de las autoridades regionales del partido como un hecho que podría afectar la unidad de la organización, siendo preferible el dedo como salida más unitaria, ¿no es acaso contradictorio que el partido que dio un ejemplo al país y a la oposición escogiendo todos sus candidatos circuitales por elecciones de base y se ufanó de haberlo hecho, a lo interno niegue este método por poner en riesgo la unidad? ¿Es la democracia participativa y protagónica atentatoria de la unidad dentro del PSUV? ¿El no ir a elecciones de base dentro del PSUV es el reconocimiento de que es inútil ir a unas elecciones y gastar recursos cuando igual las maquinarias se imponen y entonces es mejor negociar? Algunos sectores del partido se han negado permanentemente a la autocrítica y sólo cuando el Presidente habla del tema esto se comenta, pero no se práctica a plenitud e incluso se señala a quien pretende practicarlo. El Presidente en su último encuentro con algunos militantes del PSUV afirmó que con base en las patrullas ahora se crearían puntos de patrulla para su reactivación, e informó de la necesaria movilización para el diagnóstico de problemas en sus comunidades, pero muchos militantes que en la convocatoria anterior salieron a dar la cara por el partido recogiendo esa misma información hoy ven como una acción inútil que vuelva ha hacerse lo que ya se ha hecho de manera reitera en estos 11 años y las instituciones no respondan, no creo que éste sea el sentido de la reactivación de las patrullas, las patrullas deberían reactivarse para cumplir con lo que es un clamor de las bases y aún hoy ha sido muy lento su accionar, la escuela de formación de cuadros, que permitiría avanzar desde lo estratégico hasta lo táctico, con propuestas que emerjan desde la militancia llana con base en la formación, pieza fundamental para la liberación del pensamiento liberal burgués, que aún persiste en algunos sectores del partido. La AN. Seguimos esperando una Asamblea Nacional que no sólo sea una palestra de denuncias y contradenuncias, descalificaciones, insultos y manoteos como los de Julio Borges, seguimos esperando por una Asamblea Nacional donde los diputados del proceso revolucionario sean autocríticos de la gestión y diputados de la oposición que tengan la humildad de reconocer los aciertos y avances del proceso revolucionario, no creo que debamos esperar negociación, es más, nadie la espera ni la desea, más bien debemos esperar un diálogo confrontativo pero respetuoso ante el país, y fundamentalmente con propuestas, no todo es defender y atacar, es necesario avanzar. El 23 de Enero. A 53 años de que los sectores progresistas del país avanzaran en derrocar a un dictador en la búsqueda de una mayor participación del pueblo en los asuntos públicos nacionales, luchando contra los privilegios, la exclusión política y el exterminio, se demuestra cada día más que quienes traicionaron el 23 de enero fueron aquellos que excluyeron al PCV y sus planteamientos, persiguiendo y matando a quienes pensaban diferente a ellos en cuanto al desarrollo de la democracia en nuestro país, y quien termina siendo un verdadero reivindicador de esa lucha que originó el 23 de enero es el gobierno revolucionario y bolivariano. La Tasa Variable Máxima de Ganancia por Rubro (TVMGR para el estímulo productivo), en el marco de la discusión sobre La Superintendecia Nacional de Costos y Precios, podría ser una política definida por el Estado, que tendría como fin establecer el porcentaje máximo de ganancia del productor, importador, comercializador y vendedor al detal de todos los productos de consumo, estableciendo porcentajes de ganancia en beneficio del productor y en menor proporción al importador. Cara o Sello, en RNV-Activa en el área metropolitana 103.9 F.M. vuelve este miércoles a las 8 P.M. Silvio Rodríguez: "No soporto adular a lo que respeto".
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