Para qué denunciar si nadie investiga ni soluciona problemas

Leyendo el artículo de JVR en Panorama –La oportunidad- en su contenido de algunas de las claves, clava denuncias de negligencia e incapacidad, de deterioro de vías y abandono de otras, acaparamiento o baja producción de productos para la construcción y, de muchos que pasó por debajo de la mesa, extorsión en otros casos en detrimento de chavistas, nini y antichavistas, ciudadanos del pueblo en general que sufren a diario la negligencia de funcionarios que dejan bien mal parada la revolución en su aspecto económico-social-comunicacional y, mire usted quien le puso el cascabel al gato y ya verán que no pasará nada y las críticas se las llevará el viento del olvido tal cual un aguacero intrépido que no moja ni empapa ni da frío ni quizás gripe.

 

El que denuncia corre su riesgo, pero el que no tiene nada que perder y si mucho que ganar, hace lo imposible de lo posible por ponerles los problemas que se ven a diario a la vista de los que no ven o no les da la gana verlos, para que ejerciten sus deberes y hagan algo, bien como funcionarios públicos o como líderes de la revolución que los infla.

No es que uno quiera pintar el panorama nacional de situaciones concurrentes idénticas que trastocan el diario vivir del venezolano, es que existen que están allí con toda la arrogancia de una calamidad que afecta a los habitantes de cada estado y, entonces el común de los mortales se molesta con toda la razón del mundo al ver el desamparo en que se encuentra y, que no haya un alma comunitaria que venga en su auxilio, porque dejárselo a que dios lo solucione sería un gran pecado que, sólo la iglesia católica corre con su suerte como irresponsables que son –no todos, entonces la cúpula-.

¡Qué de cosas nos asombramos en pleno SXXI  –amigo Sancho  -diría don Quijote!

Pero es posible que en tiempo de revolución los que fabulan las ideas del mañana no tengan tiempo de avizorar el presente en que se conserva la vieja data de dejar para mañana lo que se puede hacer hoy, que magulla hondamente la paciencia del venezolano que gravita tras la paz social de su comunidad como satisfacción a un vivir decente con todas sus comodidades que le deben dar los que están en el poder –visto esto: como pueblo y gobierno dados de las manos y, no les queda otro camino que gritar: yo existo y, mañana qué.

Bueno, ahí les dejo ésa, amparado en la buena voluntad de JVR bien versado y ha catapultado desde hace años en los derechos humanos del venezolano y, quien no hace mucho acompañó al presidente Chávez –creo- que en la travesía de su primer mandato y, si hoy se queja y deja al descubierto los que nos pasa, entonces, que quedará para otros que nos quejamos con razón y nadie nos para.

-¿Será posible que denunciemos y, que no haya quien investigue ni solucione problemas? Con la verdad ni ofendo ni temo – dijo Artigas.

estebanrr2008@hotmail.com



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Esteban Rojas


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