Sonrientes y sin demora y carpetas en mano se presentaron los ministros que iban a ser interpelados por los diputados a la Asamblea Nacional, quienes empalagados de argumentos en consideración embistieron con iracundia el desenvolvimiento de éstos en su permanencia y actuación en la cartera que desempeñan en la Administración Pública a sabiendas de los parlamentarios opositores que el acto estaba siendo transmitido por Globovisión, en particular y, con ese fecundo apoyo se envalentonaron en el ataque permanente hacia los ministros con todo el ensarte de mentiras que tenían preparadas para el ataque vil que realizaron, sin presentar una base de datos consistente que más bien dejó al descubierto la ligereza de sus argumentos que estaban bien planificados hacia el show mediático, que, ellos acostumbran liderar cuando de esgrimir “ideas” en público se trate. Jamás refutaron.
Ni María Corina Machado ni Eduardo Gómez Sigala se atrevieron a agarrar el micrófono, para vociferar sutilezas incómodas al tanteo que se prestaran a la extemporaneidad de las circunstancia que los dejara mal parados como peones del ajedrez burgués que les corresponde jugar en el debate parlamentario y enlutados de caprichos razonables se hicieron los locos y no se prestaron a la farsa que invadió a la Asamblea Nacional de irresponsabilidad contralora de acercar la verdad y la mentira del oficio político de los ministros presentes con honestidad.
La comiquita de su teatro, la puso en toda su extensión sin pérdida de tiempo: el autor de “Cuánto Vale un Juez”, el peliagudo William Ojeda que, gracias a su desaforada intervención llenó el recinto de música y canciones que crisparon los nervios de muchos de los presentes y tapujó de alegría a una oposición que todavía no sabe dónde está parada ni de la formación ni de los valores del venezolano –dentro del régimen actual- que dada su apátrida voluntad de opositores foráneos vivió un momento de angustia carcelaria de ironía, cuando vieron el tricolor patrio bien representado en las alturas del hemiciclo por hombres y mujeres que hoy están privados de libertad como reos de sus malos actos y, que no los cohíbe formar parte y a la vez representar en su conjunto a la Orquesta Sinfónica Penitenciaria que con su breve actuación hizo que el Reino de Menes (Narmer) se metiera de lleno en la Asamblea como la ciudad de Menfis por el bien y la convivencia de los parlamentarios con el viceministro y los ministros presentes.
Hubo un diputado de la oposición del bloque zuliano que dijo y, al que no pudimos descubrir que “Mazuco” se presentará para la próxima sección dirigiendo la Orquesta Sinfónica de los presos políticos maracuchos por órdenes expresas desde el Perú por Manuel Rosales de quien hemos sabido que ensaya allá para su regreso triunfal al país como candidato.
También se pudo conocer que Rodolfo Rodríguez, una vez finalizada su intervención como diputado oposicionista de Anzoátegui, que más son las veces que éste viaja a Miami que a su oficina en la Asamblea y se especula que es un agente cubano mayamero y como buen pitiyanqui se desmoronó en risa nerviosa de complicidad.
De acuerdo a las cifras y estadísticas esgrimidas por los ministros, lo único que quedó claro para la oposición que la mejor arma para mentir es el canal Globovisión y, todo por aquello que dice que “más vale pájaro en mano que cien volando” y que hasta que el Gobierno no los convenza que esas cifras son reales y no traídas o, mejor dicho llevadas de los cabellos, ellos como ciudadanos constitucionales no creen nada de lo dicho y con esa máxima del pensamiento pluralista dejaron caer la sentencia: ministro que venga a la Asamblea, ministro que sale como mentiroso y cómplice del presidente Chávez. Aplausos y más aplausos en la pérdida y comparecencia de un tiempo que se fue y dejó lo que usted vio y como lo vio y, como entenderá que hay un Makled que le quita el sueño a más de uno.
Y, usted se informó primero por …, pero podemos asegurar que hay ministros para rato dentro de la revolución venezolana.
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