El burocratismo es una tara difícil de encajar en un proyecto socialista. Quienes, implementan esta herramienta en el Bolivarianismo de hoy se constituyen en enemigos de la institucionalidad nacional. Ya el Ministerio del Trabajo viene consolidando una muestra de lo que debe reflejar la patria y sus trabajadores. Hay que corregir- es cierto- bajo parámetros esencialmente legales el parque industrial y agrario del país. Aquellos que no desean contribuir con las factorías y lo agrario, deben alejarse del Estado, como factor de desarrollo tecnológico y social de una realidad acertada y prevista en las aldeas comunales y municipios.
Hoy, lo político priva sobre lo económico. Por eso, debemos obviar los enfados y controversias en un espacio de lucha organizativa por las reivindicaciones sociales. La oposición, debe trabajar por el bienestar del Estado y trasladarse a los barrios, para conocer de sus necesidades y, como estimular a la población para ser verdaderos milicianos de una democracia forjadora de hombres de bien. Como de mujeres que participan en las directivas organizativas del Poder Comunal.
Las areperas socialistas, constituyen un viejo anhelo del pueblo, que, ven cumplidos sus sueños al interpretar el proyecto bolivariano y la gestoría del ciudadano presidente para consolidar dicho programa. Las mismas, tendrán un sustancioso descuento para asumir su propio perfil en beneficio de todo un colectivo. Todos, tenemos que asociarnos a la comunidad, para que sus dirigentes encaucen los proyectos y consultas con el Estado. Hoy, estamos en un nuevo estilo de conciencia, donde el aspecto laboral se liga con la asistencia educativa e industrial para conformar un gran movimiento que aglutine todos los sectores sociales del país hacia un sentimiento y pensamiento común. Se debe tener un equilibrio geopolítico y territorial,
Existen en este sentido, unas seiscientas compañías que desean participar en la globalización y diversificación del Mercado Integrado Latinoamericano con el fin de reflejar un mercado de mayor dimensión y fortificar las ofertas de productos que permitan intensificar y transar los modelos económicos sureños en un solo fin para mantener en el tiempo pequeñas regiones, que, por el sistema de transporte se le hace difícil ampliar los sistemas de inversión e insertarlos en las pequeñas factorías, sobretodo en espacios pocos favorables como Perú y Bolivia. En el sentido de trabajar con capitales dosificados y de flexibilación que nos dan una capacidad de regulación productiva favorable y que restringe la inflación y especulación de productos básicos para la alimentación de un buen percentil de sureños.
La idea es confrontar el precio mínimo de los productos agroalimentarios a nivel mundial, que, viene ascendiendo desde el año 1990. Los mayores afectados serían los pobres, quienes gastan todo su presupuesto en comida y el verano los asola con la carencia de agua. La debilidad del dólar, la escasez de trigo, maíz y sorgo nos lleva al alza del precio de oro negro, pero no se reembolsa en el combustible para evitar zozobra y estallidos sociales en todas las escalas. Europa, mantiene sus costos restringiendo al Sur de sus múltiples beneficios socioeconómicos. De allí que pagamos una alta taza de intereses por la situación de los cultivos y las inundaciones que sumergen al mundo por los efectos de invernadero y cambios climáticos.
La Reforma Agraria sigue su curso, la Constitución Bolivariana esta presente, lo mejor es que se ha disminuido el papeleo en la hipotecación de tierras para la agricultura, pero, la burocracia aumenta su desesperación en las personas que son matraqueadas impunemente por funcionarios desleales al Proyecto País.emvesua1@hotmail.com