La bolivalogía (VI)

El mundo colonial en derrumbe y el reino de la libertad en camino. Recorremos el camino inicial del colonialismo con todo su peso dependiente, esclavista, divisionista, ese al que hoy se suele llama “tercer mundo” o mejor tildado después de la segunda guerra mundial como “países en proceso de desarrollo” para no humillarnos y llamarnos: “QUEDADOS”, “IDIOTAS”. por ahora procesamos aquella Venezuela colonial a la que poco a poco le fue llegando su momento político para sacudirse del yugo y combatir por su libertad y exportarla luego a los hermanos latinoamericanos.

Observamos la penetración del pensamiento en la gente, aun cuando en realidad sintieran y vivieran la verdad de aquella monstruosidad, vemos como con aquellos conquistadores exportamos las ideas de la clase dominante que hoy, por épocas, aún ejercen el poder ideológico, espiritual y material que nos signó a una esclavitud de por vida y que solo convirtiendo el pensamiento bolivariano en una ciencia, podemos alcanzar la verdadera independencia.

LA COMPAÑÍA GUIPUZCOANA

Este monopolio comercial vigente desde 1728 y 1781, inicia el malestar en aquellas élites regionales, tanto así, que aumentan las distancias frente al trono imperial.

Producto de la desatención del tráfico mercantil durante la guerra española de sucesión, con la presencia de los vascos se pretende fomentar el real erario y controlar la riqueza provincial de manera profunda. Es así, como la corona permite a la compañía Guipuzcoana disfrutar de mayores privilegios comerciales, exonerándoles impuestos y otorgándoles mayor autoridad para la persecución del contrabando, fiscalización de los negocios de los mantuanos y el ataque de los tratos ilícitos con las potencias extranjeras. Por supuesto, esto provoca resquemores y el inicio de las protestas ante lo que la clase criolla consideró como un despotismo inadmisible.

Desde 1730 se opone el cabildo a la intervención de los guipuzcoanos, mediante documentos que no tienen ninguna acogida en Madrid. La adquisición de productos tan cotizados como el cacao al precio que ellos establecieron para negociarlos posteriormente con inmensas utilidades en el extranjero, disminuyó las ganancias de los agricultores locales y el movimiento de su comercio hecho por los criollos. Una de las principales rutas comerciales de estos, como fue la de Nueva España, no demoró en provocar el interés del monopolio vasco, que pugnó hasta arrinconar a los productores y transportistas venezolanos. Los cosecheros, los minoristas y los mayoristas se unieron para iniciar las protestas contra esta compañía sin llegar a la violencia, pero mostrándose cada vez más incómodos con las ingerencias “extranjeras” y más dispuestas a apoyar a quienes propusieren salidas enfáticas ante la situación.

Los detentadores del monopolio señalaban que habían aumentado el prestigio y el valor del tabaco de Barinas, que habían favorecido la disminución de los precios agrícolas en la península e incrementado el tráfico de esclavos, argumentos que irritaron a lo mantuanos y que como consecuencia traen una serie de motines contra esta compañía, destacándose la rebelión encabezada por Juan Francisco de León.

Esta rebelión se considera como uno de los resortes mediatos a la liberación, su origen se basa en la destitución del canario Juan Francisco de León, de su cargo de Teniente Cabo de Guerra en Panaquire, hecho ocurrido en 1749, la cual representó una acción con raíces más profundas contra el monopolio vasco.

La destitución de este señor se convirtió en un movimiento de masas dispuesto a imponer justicia por la fuerza frente a los tiránicos procedimientos que se venían sufriendo desde 1728. Desde Caracas, los mantuanos auparon los hechos de Panaquire y animaron sigilosamente al cabecilla. La acción combativa creció uniéndose gran cantidad de seguidores, tanto así, que el gobierno se vio obligado a negociar. Un ejército de 8.000 hombres se logro levantar contra las injusticias de los factores vascos. Se despertó un entusiasmo colectivo y se apoyó, la aristocracia local hizo temer un enfrentamiento de vastas proporciones. De inmediato respondió la Audiencia de Santo Domingo enviando 1.500 hombres, infantes leales al gobernador y con un decreto de indulto general a lo levantados que, aparte de atacar a los detentadores del monopolio, se atrevieron a utilizar el vocablo de “patria” en todos sus documentos. En principio la Audiencia de Santo Domingo aceptó la libertad de comercio requerida por de León, y la fluctuación del precio del cacao por la cual se protestaba, pero un nuevo gobernador, Felipe de Ricardos, cambió el avenimiento por la represión. Esta provocación trajo de nuevo un levantamiento, de León, fue hecho prisionero y condenado a la muerte, los principales seguidores también fueron capturados. En 1751, Juan Francisco de León fue condenado a severos servicios en el extranjero a cambio de su vida, sus bienes se confiscaron, su casa derrumbada y sembrada de sal como muestra de la animadversión implacable del rey. En verdad fracasó, pero las raíces quedaron, aumentó las distancias entre los agricultores y comerciantes criollos frente a la política española, creó un clima de desestabilización poco común e hizo ver a los criollos la necesidad de pensar con mayor profundidad en planes de autonomía ante los intereses imperiales.

Corrió el tiempo, en 1795 en Coro estalla otra insurrección que se considera fundamental como reactivo de la emancipación, el zambo José Leonardo Chirino, se levanta contra el incremento de los impuestos y contra las trabas colocadas al comercio comarcano, es apoyado por esclavos, algunos aborígenes y gentes humildes, en la cuales influyen las ideas de la revolución francesa que divulgaban los esclavos fugados de las posesiones extranjeras, así como la peculiar interpretación de un documento regio de 1795, llamado Código Negro, que supuestamente decretaba la abolición de la esclavitud. Un dirigente de la región llamado José Caridad González, promociona las acciones subversivas lo que trae como respuesta el asesinato de los habitantes de una hacienda y al ataque de propiedades privadas. Chirino ordena el asalto a Coro, pero fracasa por carencia de logística armamentista.

Chirino es capturado por las tropas españolas, condenado a muerte y sometido a procedimientos infames. Los criollos reaccionan como si aquel levantamiento hubiese sido un virus contra ellos, no soportaron que las capas desposeídas se violentaran y se alarmaron de manera asombrosa. Pero continuaban aquellas raíces y la inestabilidad generada y la influencia de ideas libertarias y justas le dieron históricamente el punto de considerarlo como base inicial para desarrollo de las acciones que en el futuro van a conducir a la independencia.

(Continuará…)
vrodriguez297@hotmail.com


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Víctor J. Rodríguez Calderón


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