El despliegue sindical en Estados Unidos luce muy débil en este año de coyuntura idealista para Barak Obama. Los movimientos derechistas que rigen la mayoría de las corporaciones mercantiles y textileras confirman que no hay repunte en la economía, a pesar de los auxilios financieros. La única idea centralizada es culpar a los maestros, profesores y algunos empleados públicos sectorizados en empresas mixtas por el desbalance económico y la culpa debe ser dada, para promocionar la austeridad compartida en todos los términos de una economía familiar, junto a sus colonias hemisféricas. Mientras, habrá una palestra pública sobre la democracia y su tolerancia, aunque las basas determinan que en el mundo árabe debe repercutir un lineamiento vertical sobre las vinculaciones energéticas y el verdadero ejercicio del poder. Existe mucha presión en Egipto, Afganistán e Irak
El derecho laboral y el sindicalismo organizado, se han constituido en una verdadera maldición para los ingleses y norteamericanos, que, bajo una publicitada democracia y una predica de los valores, impulsan una ideología contraria en la defensa de sus derechos, prefieren tener a sus profesionales en casa y llamarlos sí hay una faena urgente o una auditoria. En caso de la medicina, sí existe un cronograma de asistencia sanitaria. Existen Estados hemisféricos que promocionan la guerra, bajo paradigmas equivocados y tratando de dislocar la economía de esos territorios, que, cuentan en su haber suficientes recursos energéticos.
Un demócrata, tiene que ser un líder de las luchas comunitarias y tener una vida sencilla como sensata. Debe manejar un solo criterio ideológico para formar sus cuadros políticos, por lo tanto, no debe mostrar doblez en sus razonamientos. Es su presencia en las parroquias de su Estado que le dan la esencia de ser una prioridad para la acción social.
La cultura democrática es una ciencia del saber popular y debe estar en manos de personas que reflejen un antecedente crítico ante la realidad del país. La idea es mejorar las argumentaciones expresadas por los intelectuales, artesanos, agricultores y mujeres que conviven en las regiones, para conformar un solo ideal nacional. Muchos, están equivocados y no reflejan una destreza verdaderamente política. Olvidan que la cultura se encuentra ligada con la política.
Todavía, tenemos una estructura capitalista medieval y quienes se dice derechistas o socialistas conviven en un silencio, donde el Estado no se transforma. Ahora, en las barriadas existen una fuerza de poder que provienen de los dirigentes vecinales. En estos momentos, por ejemplo, olvidan que su economía la mueve Libia y aparece el presidente Francés instigando una violencia política. Esto es, ser analfabetas políticos, desconocen la acción de los procesos políticos.
Hoy, debemos visualizar una Suramérica democrática y de lucha popular. Los pueblos deben vincularse en una sola ideología bolivariana y construir una sede para los grandes diálogos políticos. Donde se respete la identidad, cooperación y respeto a cada acción de carácter democrático, un eslabón para el análisis de los derechos humanos en su carácter oficial.
Las potencias, tienen sus juegos de intereses para derrotar a los Estados abatidos por las inclemencias del poder y el publicitado consumismo. Debemos ir a las corrientes del pensamiento universal y, a los criterios de los nuevos pensadores. Esas ideas aclimatarlas con el pueblo y avanzar hacia una tecnología apropiada que determine la voluntad hacia el trabajo y el verdadero respeto a la vida. Ya basta de tanta ignorancia política. Las autoridades deben ejercer su autoridad y hacer respetar las leyes, auspiciadas por el fervor de los pueblos y su derecho a vivir en paz, en un mundo que busca en el universo, su propia historia.
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