A propósito de la estructura social y las formas de conciencias, con mucha humildad me permito, osar tomando de la web, algunos conceptos aplicados a la política, de los cuales debemos absorberlos en nuestras conciencias, porque se trata de inventar o errar. Esos conceptos son los siguientes:
Abstencionismo: Consiste en no participar en forma mínimamente activa en la vida política, especialmente no votar. Según estudios sociológicos hechos en países desarrollados, es una actitud más frecuente en las mujeres que viven solas, los ciudadanos de origen extranjero, los miembros de minorías religiosas, los miembros de grupos aislados y los individuos mal integrados al ambiente social, como los enfermos, los lisiados, los ancianos, así como los militantes del anarquismo y algunos otros grupos extremos, alejados del contexto político generalizado (monárquicos, extrema derecha, etc.). El abstencionismo electoral crece, cuando hay mucho descontento en la población votante, que políticamente se decepcionan porque no ven cubiertas sus expectativas o no se cubren las perspectivas deseadas.
Apatía política: Es un estado de indiferencia, pasividad, falta de interés respecto de la política. Se la vive siempre como espectador y se intenta ignorarla. Va acompañada de una baja receptividad a estímulos políticos y un bajo nivel de información política. Es un fenómeno que se da tanto en sociedades democráticas como autoritarias, pese a que en ambas (si bien son distintos) hay mecanismos promotores de la participación política. En su formación puede incidir la escasa visibilidad y difícil acceso del sistema político ("el Estado son ellos") y algunas características de la cultura política (el excesivo individualismo, por ejemplo). La apatía política socialmente difundida aumenta el margen de maniobra, la discrecionalidad, de las clases dirigentes, excepto cuando el logro de las metas propuestas exige un alto nivel de movilización social.
Apoyo político: Las dos principales especies de insumos políticos son las demandas (por medio de las cuales se solicita la acción de las instituciones políticas para que asignen valores cuando tal asignación no se logra por medio de acuerdos privados) y el apoyo político, por medio del cual se confiere confianza y consenso a las instituciones encargadas de la asignación imperativa de valores. El apoyo político puede ser específico, cuando se dirige a instituciones o autoridades en relación con algún comportamiento o decisión determinados, o puede ser difuso, si tiene por base las creencias de las que se alimenta la cultura política. Ambas formas de apoyo se dirigen hacia el sistema político en alguna de sus tres articulaciones fundamentales: la comunidad política, el régimen político o las autoridades gobernantes.
Arena política: Es el ámbito donde las distintas políticas-programas de acción, las organizaciones políticas que las sustentan y los hombres políticos que las animan entran en contacto, luchan por el predominio y también llegan a distintas formas de compatibilización y entendimiento
Autocrítica: Criticar las prácticas del propio grupo, para indicar cómo se puede ejecutar mejor la política básica. Se usa para movilizar la opinión y prepararla para cambios de estrategia; también sirve para suavizar la rigidez de los procedimientos burocráticos y para liberar tensiones acumuladas.
Aprendizaje político: La política apunta a la autodirección, al autogobierno. No hay autogobierno sin capacidad de corregir errores, es decir, sin aprendizaje. El aprendizaje político es la capacidad de elaborar una nueva respuesta, más confiable, ante la reiteración de un antiguo estímulo. Todo aprendizaje político implica tiempo y serenidad, y es con frecuencia un proceso complicado, porque generalmente no es fácil cambiar hábitos arraigados. Hasta la próxima.