El cadereo político

Entre los grandes defectos que ostento, está el de ser un desubicado portentoso. Nunca he estado - y hoy, ni hablar - en el sitio correcto, en el momento correcto; incluso ni siquiera en la bendita hora correcta. En nada pues correcto, aunque tampoco signifique esto que haya estado siempre en sitio o en algo incorrecto... Es un hado que me ha inquietado desde lo malsano, hasta el punto de que me he preguntado y no sin una torturante insistencia: ¿Hube por dios de nacer víctima de una infrecuente patología existencial?

Pero bueno… No es el tema.

El tema es que Globovisión - la patrañera estación televisiva - como que dijo al fin alguna verdad pero con tantos bombos y platillos (de sensualidad) que logró en algo alborotar mi temperamento adormecido por los muchos desengaños y por el paso implacable del tiempo.

Todo referido a una presentación reciente que hiciera Shakira en la Universidad que para desdicha de sus autoridades rectorales se llama Simón Bolívar y que si se lo pudieran cambiar por el de Homer Jay Simpson mucho mejor luego que unos estudiantes revolucionarios se opusieran a ese espectáculo, por lo que fueran incluso expulsados a fin de continuarse garantizando dentro su campus el democrático imperio de los derechos humanos. Pero lo cierto es que empero se llevó a cabo el show de la torturante vedette barranquillera, hoy loba esteparia del bienaventurado y tierno Piqué; su sol… ¡It is very good for him! ¿Y será la historia de amor dentro de la lobosa MUD tan irrefutable y tierna como esta?

Pero veamos cómo reseñó la tracalera Globovisión el farandulero acontecimiento:

El titular fue:

“Shakira como toda una loba enloqueció a Caracas”

Y luego en el cuerpo de la noticia, dijo:

(…) “Donde miles de venezolanos se rindieron a las caderas de la colombiana” (Notemos que al no hablar también de venezolanas, es porque seguramente se veían muy celosas y para nada rendidas ante dichas caderas… ¿Ehh?

(…) "Mi único deseo esta noche es que la pasen bien, que se diviertan, estoy aquí para complacerles. Ya lo sabes Caracas, ¡esta noche soy toda tuya!", llegó a gritar la costeña en actitud abiertamente provocativa y turbulenta.

-¡Mierda!- expresé indelicadamente, claro está, pero poseso ya de un conmovedor deseo senil. Y ruego que se me entienda porque no he dejado de ser humano, aunque en corto pudiera ser momia… ¡Qué dolor!

Y entonces mis inquietudes auto mayéuticas fueron:

¿Cómo toda una loba? A mí me sugirió esto como si hubiese actuado más bien como toda una desmelenada de amor… ¿Seré mal pensado?

¿Dónde miles de escuálidos se rindieron a sus caderas? Me imagino cómo se les saldría la baba a estos “manitas blancas” carentes para su desventura de un verdadero sentido de valoración.

¿Qué mi único deseo es que la pasen bien esta noche? ¿Qué estoy aquí para complacerlos? ¿Qué esta noche Caracas ¡soy toda tuya!? Hermosos eufemismos me resultaron, coño. Y no sé si exagero, pero las metáforas son producción exclusiva de mi irresistible auto complot.

Pero a la vez me di cuenta que Globovisión no sólo manipula desde el punto de vista político. También lo hace muy bien en el campo del proxenetismo. (Por lo menos a mí me movió el piso, y eso es mucho decir, camaradas).

Lo cierto es que Shakira no pudo ser mía esa noche por encontrarme yo en Margarita como “navegao” siendo caraqueño. ¿Notan mi desubicación? Y en una Margarita donde determinados chavistas lucen como camorreros porque no logran lo que quieren dentro del PSUV, pero sin aceptar que, a lo mejor no son seductores como Shakira, y que no disponen de un servidor en el campo político tan eficiente como Globovisión resulta en el campo erótico. Es decir, que no aceptan sus debilidades, y eso es complicado…

Sí señor, cuando no le echan la culpa a Chávez, se la echan al PSUV y viceversa. Y así nos columpian aquí tal como María Bonita lo hacía con su cuerpo de juguete nadando al garete sobre las olas del mar de Acapulco ante la mirada fascinada de su enjuto amante Agustín Lara.

A carajo, ese tampoco era el tema. (Y fíjense en otro defectico: mi clara falta de concentración).

Pero lo cierto es que Morel sigue aquí “shakirando” con sus muy conocidas “caderas políticas”… Y eso tiene su porqué.

¡Y vaya si por yerro justamente de este sui géneris fragmento chavista por cierto de tan deleitable y atenta adicción al infértil cadereo en tiempos de incesantes bombardeos!

canano141@yahoo.com.ar


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Raúl Betancourt López


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