Es difícil hallar o marcar la ruta exacta que conduzca al objetivo final,aquel que permita alcanzar grados de felicidad y satisfacción integral para nuestros pueblos, sin embargo, no hay la menor duda de que así como los Imperios nunca “congelan” los voraces deseos expansionistas cuando se defienden de un enemigo cercano, así mismo los gobiernos progresistas y revolucionarios tienen que ensanchar los puntos de coincidencias, forjar canales comunicantes,diplomacias creativas y encuentros proactivos en todos los escenarios posibles.
También es perentorio que la vanguardia revolucionaria, las organizaciones sociales y comunidades oprimidas de América Latina y el Caribe, se atrevan a ir más allá de la reivindicación puntual y avizoren propuestas de Poder, lo que advierte sublevaciones y combates de calle con las fuerzas represivas,porque esto es apenas una fase preliminar dentro de la lucha emancipadora.
El combate libertario en América Latina y el Caribe tiene que afrontarse con una armadura de ideas convergentes, ancestrales, dialécticas, vitales y visionarias. Alimentándose de lo más heroico de aquellos caciques irreductibles( Guaicaipuro, Túpac Amaru, Cuauhtémoc,Túpac Katari, entre otros), asumiendo la continentalidad del pensamiento de Bolívar, lo universal de Miranda, decoficando la fortaleza americanista de Martí, la indoblegable dignidad de Fidel, tomando de los líderes campesinos mejicanos de inicios del siglo XX su arrojo y amor por el principio de “la tierra es de quien la trabaje”, forjando el alma con lo real-maravilloso de nuestra identidad, templarse con el espíritu del Ché para vencer las peores adversidades y construyendo al lado del pueblo, formas de poder funcionales y sistémicas.
Hay que fabricar y acrecentar las oportunidades que unifiquen el pensamiento libertario del Continente. Colocar por encima de la batalla local la propuesta bolivariana anfictiónica, saber que los convenios, memorandun, tratados y acuerdos interterritoriales encriptados en cuanto Pacto, Asociación, Comunidad y Alianza, muchos de ellos de carácter formal y virtual, nunca podrán superar la solidaridad constructora entre pueblos. Los habitantes excluidos de América Latina y el Caribe, que se cuentan por millones, no soportan tanta capellanía a la hora de transformar la realidad, de una vez y para siempre.
Desde el punto de vista diplomático y del parlamentarismo latinoamericano, el proceso revolucionario venezolano tiene que saltar del eterno coctel, la protocolaridad almidonada y el documento parafernálico a la materialización del compromiso boliviariano de lucha. El virtuosismo de la diplomacia acartonada y epidérmica tiene que disminuirse progresivamente para darle paso a una relación entre naciones/ pueblos, entre esperanzas-países. A la hora de conquistar espacios de combate, de afianzamiento en lo que estamos construyendo, el terreno diplomático no deja de ser tan vital como el que se libra, hacia adentro,en el día a día, contra un enemigo nada despreciable.
Así mismo, es pertinente reflexionar sobre el posicionamiento comunicacional diplomático suramericano de Venezuela, toda vez que los acontecimientos sociales y políticos de mayor envergadura están desplegándose casi simultáneamente en esta zona y, nadie puede predecir la forma final o el modelo último de gobierno que materializará las reclamaciones violentas y en serie de los desposeídos, como tampoco la reacción de los explotadores.
Es insoslayable aumentar los grados diplomático- parlamentario de presencia comunicacional pero desde una concepción audaz,ágil, de compromiso y transformación, sin ambages ni metalenguajes arbóreos.
Se necesita una constante capacidad politico-comunicacional para difundir ,en diferentes escenarios, las fortalezas y oportunidades históricas que tiene hacia el resto del Continente, el proyecto revolucionario y bolivariano venezolano, hecho gobierno y liderizado por el comandante presidente, Hugo Chávez.
Cuatro países, particularmente, tienen un rol geopolítico dentro del mapa estratégico del Sur. A saber:
1.- Brasil, por razones que sobran explicar;
2.- Argentina, por haber vivivo el ejemplo perfecto y nefasto del modelo económico neoliberal y la carga implosiva latente.
3.-Paraguay, porque aunque aparenta ser intrascendente en términos económicos o demográficos, juega un rol geopolítco históricamente privilegiado y,
4.- Bolivia, porque la indianidad y el campesinado están vanguardizando las protestas sociales de mayor textura y fuerza histórica en el Continente, con un presidente extraido de las profundidades de los excluidos..
La diplomacia bolivariana y nuestros representantes ante el Parlamento Latinomaricano tienen que catalizar y participar, interpretar y ubicarse, con demasiada precaupación e interés geopolítico, las entrañas de estos países, manteniendo el ideal bolivariano y dando a conocer la particularidad de lo que estamos viviendo y construyendo en Venezuela.
Es continuar con la “evangelización” comunicacional boliviariana, original, difícil, autónoma,temeraria, pero totalmente soberana. Es pertinente darle cuerpo orgánico y funcional, vale decir, “reposicionar” el papel de Venezuela a través del Parlamento Latinoamericano sobre la idea de cultivar y crear un subforo político diplomático alterno, por ejemplo un Grupo Parlamentario Diplomático Venezolano del Sur, (Grupo P-Sur) con la visión de monitorear y fijar orientaciones comunes intrasubcontinentales, explotar mancomunadamente las ventajas comparativas y competitivas, en todos los terrenos posibles y aumentar la presencia comunicacional de manera compacta , sobre nuestro proceso político.
El
mismo presidente Chávez ha insistido, en reiteradas ocasiones, que
la Nueva Diplomacia Venezolana (NDV) tiene que ser audaz, práctica,
creativa,reconstructora, que una pueblos antes que gobiernos,
sembrar solidaridades reales paralelamente entre la sociedad civil
y las ONG´s, antes que limitarse a continuar firmando documentos que
abultan carpetas…
*Ex Ministro Consejero / Periodista
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