Si hay algo que dejaron los gobiernos anteriores a la revolución fue una gran cantidad de pelones, entendiendo como tales, que hubo escasez en muchas de las cosas que hicieron y una de ellas fue generar en la administración pública, un indeterminado número de instituciones u organizaciones, presunta e inicialmente con objetivos sociales pero que en el tiempo degeneraron en parcelas en las que grupos políticos ejercieron férreo control y al que aún se aferran algunos.
Pero este artículo tiene que ver con uno de los aspectos relacionados con la anarquía que se generó con esas creaciones de instituciones. Nos referimos a sus estructuras, es decir, a las formas en que fueron no organizadas, es decir, la manera como fueron ordenados, acomodados, los diversos elementos que las conformaron y conforman.
Es un tema viejo del que hemos comentado como muchas otras personas y que retomo luego de recibir un mensajito de texto, a propósito del anuncio de aumento del salario mínimo hecho por el líder de la revolución bolivariana.
¿Cuál es el problema? Pues que cada organización o institución, sólo toma en consideración para jubilar a sus empleados si es obrero o empleado, el tiempo trabajado, por enfermedad, si van a transformar o eliminar la institución, o el sujeto objeto de la jubilación fastidia demasiado, es decir, es una espina en el zapato.
Hasta allí el asunto.
No hay una apreciación, una evaluación acerca de la calidad de la persona como tal, y tampoco en su desempeño, bien sea en lo técnico como profesional y eso, es lo que determina que una persona salga jubilado, pese haber desarrollado un trabajo honesto, bueno o excelente en una institución cualquiera con un pobre beneficio salarial, mientras otro trabajador, con menor rendimiento que el anterior, también salga jubilado de una organización pública, pero con un abanico de beneficios económicos, porque así lo determinaron en la institución donde realizó su desarrollo su último empleo. Otro aspecto relacionado con el mismo asunto, es esa figura denominada pre-jubilación, que no sabemos si existe, pero que de repente se la aplican a un trabajador que debería estar jubilado desde hace tiempo.
Y ese vicio, hay que decirlo, aún persiste porque nadie quiere meterse en una amplia discusión sobre el particular, no hay quien se atreva, todo el mundo le saca el cuerpo, pese a que estamos en revolución.
Una cosa es cierta, quien se ha dedicado con honestidad y calidad en sus actividades laborales debe ser reconocido y quien lo hace mal no debe permanecer en un empleo cuando otro puede hacerlo mejor.
Por eso es que hoy día – increíble - es factible comprobar como un ingeniero en una determinada institución puede tener mejores ingresos que en otra organización pública; en ese mismo sentido, puede decirse que es posible que unos salgan jubilados antes que otros y, de la misma manera, un trabajador puede recibir sus prestaciones antes que otro que debe esperar varios años, asunto que no se puede entender.
Lee el siguiente blog: wwwpertinentes.blogspot.com (Premio Aníbal Nazoa/2010) Mención Opinión)