Así se burlan las mafias de los Blackberys de RIM, las operadoras y las policías

Así como lo plantean, uno pudiera decir que los encargados de liberar y dejar como nuevo los Blackberrys robados, manejan para tal fin un programa, casi con la rigurosidad del secreto de la fórmula de la Coca Cola, pero no es así, por el contrario; ya en el ambiente de muchos establecimientos oscuros de servicio técnico de celulares, eso es más bien como el título del libro del poeta Hesnor Rivera: Secreto a voces.

Las mafias del vil negocio no tardaron mucho en encontrar la alternativa digital, para en apenas dos horas y por 400 bolívares (tarifa mínima, que se incrementa de acuerdo con el precio del BB), limpiar un Blackberry de sangre y de culpas, burlándose de manera sencilla y por demás descarada de RIM, de las operadoras de móviles y de las policías, en detrimento de las víctimas. Una total impunidad.

La situación es la siguiente: RIM (fabricante de los BB) bloquea el PIN y el código email (una especie de cédula de identidad del aparato), pero a través de un programa los bandoleros encargados del ilícito, les colocan otro PIN, otro email, le cambian unos seriales de placa, ¡y listo!, ¡a “pinear” se ha dicho!

El delito alcanza niveles insoportables y por los cálculos estadísticos que se manejan al respecto, ya se puede decir que compite con los secuestros y los robos de carros, hechos que bastantes lágrimas y sangre han costado en este país.

Según informaciones difundidas en algunos medios de comunicación atribuidas al Cicpc, 64,9% de los artículos robados en los últimos años en Venezuela son celulares, y lo peor es que la cantidad de presos por esta fechoría es prácticamente nula.

Por ende, los que piensan que cuando se habla de estos delitos se habla de los típicos arrebatones, están equivocados; el robo de celulares, especialmente el de Blackberrys, se ha convertido en una poderosa actividad lucrativa que involucra a una red macabra de comerciantes.

Los mercaderes dedicados a semejante pillería, le compran los móviles a los malhechores que atracan a la gente indefensa, para cambiarles el software y revenderlos a precios superiores en una operación que llega a facturar unos 400 millones de dólares al año, de acuerdo a lo que detallan algunas notas de prensa; pero hay que entender que estas cifras son más altas, si tomamos en cuenta que existe una buena mayoría de agraviados que no hacen la denuncia respectiva a la policía.

De modo, que urge la intervención del Gobierno bolivariano, porque entre los ribetes que alcanza el delito, se hace cada vez más evidente que los ladrones cuando van a robar un Blackberry demuestran mayor actitud sanguinaria, y disparan al menor movimiento.

Recientemente se registró en Maracaibo otra muerte por esta causa. Ángel Gregorio Torres Villalobos, de 30 años, fue asesinado de múltiples disparos, cuando se dirigía a su trabajo junto a dos amigos, que resultaron heridos en un atraco para despojarlos de los celulares. El suceso ocurrió en el sector Las Mercedes de la parroquia San Isidro.

Las esperanzas siguen puestas en una comisión que se conformó en la Asamblea Nacional para frenar la situación; esperamos que actúen con premura, porque realmente da dolor saber que matan a una persona tan sólo por robarle un celular, y no hay responsable en función del entramado de la mafia de esta compra-venta, y quizás ni en cuanto a los autores materiales del hecho sangriento.

albemor60@hotmail.com


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Alberto Morán


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