Por eso creo que nada más conveniente para nuestro proceso bolivariano que apuntalar un masivo, franco y fructífero debate que sea capaz de reavivar las razones históricas que justifican y dan vida a la lucha revolucionaria y antiimperialista, que muestre y fortalezca los avances hasta ahora logrados y también que señale, sin ningún tipo de cortapisas, los errores y deficiencias de tan importante etapa política que vivimos en Venezuela.
Viene avanzando con muchísima fuerza la construcción del Polo Patriótico a nivel nacional, y precisamente se percibe que la posibilidad de concreción de esta importante instancia se ha incrementado gracias a la frecuencia, respeto, altura y profundidad de los debates en torno a las distintas concepciones que de la misma expresan las organizaciones políticas y sociales que trabajan por su construcción.
Y precisamente debe ser el Polo Patriótico el espacio amplio desde dónde se inste y fomente el debate para la construcción revolucionaria, porque en la calle se percibe que nuestro pueblo, que sigue creyendo y jugándosela por el proceso bolivariano, quiere debatir muchas cosas, quiere preguntar, criticar, reconocer aciertos y señalar errores como a buen revolucionario y revolucionaria corresponde.
Solo los oportunistas, los reformistas y los que más allá del discurso no están interesados en hacer la revolución niegan la posibilidad de ese debate.
Debate y más debate para afianzar aciertos y para corregir errores, debate sin chantajes, sin amenazas, sin maniqueísmo; aquí se ha demostrado que los sectores más críticos han sido, y estoy seguro que seguirán siendo, los más leales con el proceso bolivariano en las horas aciagas dónde los “incondicionales” siempre han traicionado.
(*) Militante del PCV