En estas últimas semanas hemos visto como los activistas de la oposición venezolana han asumido una actitud proselitista frente a la desgracia que embarga a las familias venezolanas.
Ya antes se habían dado muestras de este proselitismo morboso, con los comentarios hechos ante la muerte de personajes políticos de la Revolución, y en algunos casos se podía pensar que era una situación aislada, producto del mal gusto de un ignorante.
Pero las actitudes asumidas por los dirigentes de la oposición venezolana ante los hechos ocurridos en la cárcel de El Rodeo, la matriz mediática de sus medios de comunicación y su comportamiento en la Asamblea Nacional en la sesión del día 21 de junio de 2011, no dejan la menor duda de que se trata de la forma de pensamiento, palabra y acción mas sólida de la oposición venezolana.
Pretender hacer de una desgracia colectiva, un evento proselitista, un espacio para captar la atención de las cámaras de televisión, en el que se vean preocupados, desesperados, ¡histéricos!, un grupo de personajes que en su vida han asomado sus narices por los predios de un recinto carcelario, que probablemente ni sabían donde queda El Rodeo, y no me refiero a la cárcel sino al pueblo, es tan burdo que se les veían las costuras al traje que estaban fabricando.
Y sin mucha creatividad, los señores de la oposición, pretendían copiar el estilo publicitario de los días de Altamira, haciendo llamados histéricos al Presidente de la República, diciendo cualquier cantidad de historias tergiversadas y asumiendo que en cualquier momento habrá de nuevo algún pronunciamiento interno o externo.
Claro esa es la estrategia, continuar haciendo la matriz de opinión, ¡Chávez el violador de derechos humanos!, ¡la dictadura socialista matando gente!, ¡los diablos castro-comunistas abusando del pueblo!.
Y tras de eso, sus medios haciendo análisis con “especialistas en soluciones practicas a lo que sea” ¡personajes que saben del tema!, y que coinciden en una solución sacar al Ministro de relaciones Interiores y que venga Chávez. Es la utilización de la tragedia de la muerte como instrumento de campaña política.
Pero lo mas terrorífico, es ver la actitud de la bancada de oposición en la sesión de la Asamblea Nacional el día 21 de junio, cuando se propuso el reconocimiento público que por el cargo que ostentaba debía dársele al compatriota Cleodobaldo Rusian, la actitud de la oposición frente a algo que no tiene espacio para la discusión, fue la abstención, el no reconocimiento, la retaliación aún frente a la muerte del adversario.
Y de nuevo en sus medios, esa noche la actitud: discutir sobre las acciones tomadas por el Contralor General de la República, como si el ejercicio de las funciones eran para condenarlo al infierno, otra vez la misma idea la utilización de la muerte como medio para el objetivo político.
Es esa la oposición que existe en Venezuela, una oposición que es capaz de cualquier cosa, de jugar con la muerte, de buscar la aniquilación de los chavistas, socialistas o comunistas aún después de la muerte, que es capaz de manipular la desgracia del pueblo para su provecho político, asi ha sido desde el siglo 20, por eso el Pueblo los conoce y mas nunca volverán.
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