Nosotros, desde cualquier rincón de la patria hemos dicho: ¡Palante Presidente! Somos voces y corazones de millones. Campesinos, indígenas, intelectuales, deportistas, trabajadores del campo, el mar y la ciudad que hoy brindan todo tipo de plegaria y buenos deseos por la salud de nuestro Presidente. Salud para el soldado que ha sabido interpretar la angustia, el dolor y la esperanza de nuestros pueblos. Larga vida para quien ha convertido la responsabilidad y el compromiso en entrega total.
Todo lo ocurrido en los últimos días sobre la salud del Presidente Chávez, nos permiten reafirmar una sustanciada relación del líder de esta Revolución con el pasado, presente y futuro de nuestra América. Conducta que termina de abortar los resquicios negativos y destructivos de sectores que definitivamente actúan a contracorriente de la historia. Si hoy hablamos de Revolución, socialismo y democracia protagónica y participativa es precisamente porque estamos en presencia de signos y cambios que indudablemente son evidentes. La educación, la salud, los servicios públicos, la cultura y el deporte, los derechos de todos quienes habitamos esta tierra de gracia encuentran hoy vivencias tangibles. Una nueva realidad. Cambios que paso a paso dibujan y construyen una Venezuela que contrasta en valores con el dominio corrupto, clientelar, populista y perverso de los gobiernos de la cuarta república.
Sirva el presente momento para ratificar a nuestro Presidente Chávez, a su gabinete y a sus gobernadores revolucionarios la férrea voluntad, coraje y lealtad del pueblo venezolano para contribuir con toda su fuerza y aliento en la consolidación de la patria buena y socialista. Arrojo popular para que siga vivo el sueño de nuestros libertadores. Convencidos estamos que esta llama transformadora que recorre a nuestra América y ha convertido a Venezuela en punta de lanza de la revolución no se apagará.
Nuestro Presidente no solamente sanará sino que seguirá siendo guía y líder de los millones que la historia proimperialista ha ocultado, negado y arrinconado en la miseria, el olvido y la desesperanza. Miles de razones para orar por su salud y larga vida. Hoy más que nunca el pueblo bravío y Bolivariano levanta su poderosa voz: ¡Fuerza Presidente! ¡Venceremos!
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