El Imperio se despojó de la careta y ahora, de manera ostensible, ha declarado que continuará prestando soporte económico (y es de suponer que logístico) a las organizaciones "democráticas" que adversan el gobierno del Presidente Chávez, a quien han declarado una amenaza para la región, lo cual debe leerse "para sus intereses en la región". Este anuncio ha insuflado un poco de vida a la ¡y que oposición! golpista que se resiste a entender el significado de las nueve derrotas consecutivas que ha sufrido. En virtud de este soplo de vida ya se perciben los mismos signos de agitación que precedieron el golpe de estado de abril de 2002: se vuelven a esgrimir las mismas consignas necias que proclaman falsamente las intenciones del "Rrrrégimen" de implantar el "castro comunismo" en Venezuela, pero como dichas consignas están gastadas y la credibilidad de los dizque dirigentes de la ¡y que oposición! y de los medios de comunicación que ésta posee está a nivel de alcantarilla, están dando manotazos tratando de aferrarse a algo que los salve de ser arrastrados hasta la cloaca.
Es así como ahora esos medios pretenden aplicar tácticas como la de "divide y vencerás" o principios maquiavélicos como "el fin justifica los medios" tratando de señalarle al gobierno enemigos dentro de sus propios seguidores y apropiándose de banderas que enarbolan esos grupos que son contrarias a sus intereses, pero que circunstancialmente pueden servirles como armas que, en el supuesto negado de lograr sus torvos fines, desecharían de inmediato. Como dijo el rey Enrique IV de Francia para ganarse la voluntad de los católicos, que eran mayoría: "París bien vale una misa". Y se convirtió al catolicismo.
Los medios de comunicación cuentan con asesores expertos en estas lides de manipulación de la información que están pendientes para tergiversar el sentido de cualquier declaración proveniente de grupos que respalden al proceso que lidera el Presidente Chávez y asignarles un carácter oposicionista, y hasta los alaban en sus programas y les hacen entrevistas de prensa que luego son manipuladas con la intención de hacerlos ver como enemigos del Gobierno y "rayarlos" (dividir). Por otra parte, suelen acoger los planteamientos de estos grupos, que generalmente están bien sustentados, y presentarlos como propios, es decir, renuncian a sus principios, se convierten y arrebatan la bandera.
Ante las amenazas del Imperio y de sus lacayos en el país, se impone la necesidad de presentar un frente común sin dar señales que puedan ser consideradas como un resquebrajamiento del respaldo absolutamente mayoritario que tiene el proceso que lidera el Presidente Chávez, sin que esto implique que no pueda darse la crítica interna, la cual es absolutamente necesaria, pero que no podemos permitir que sea utilizada en contra del mismo proceso. En tal sentido, los diferentes grupos que se sientan identificados con el proceso deberían ser extremadamente cuidadosos al momento de emitir declaraciones a los medios de comunicación privados, sobre todo en estos días cuando ya el Imperio abiertamente ha declarado cuales son sus intenciones.