La autenticidad del juego democrático, esta perfilado en el fiel testimonio de los griegos y, hoy se encuentra bajo la firma de un grupo monopolista que se encuentra muy insertado en la red bancaria y otros artificios para crear generosidad o romper de una manera fría con la estabilidad política de algunos países, tomando como énfasis el Continente Sureño. Algunos empresarios, por su parte, solo desean crear un vacío de poder por algunas restricciones impuestas a las ganancias en desmedro del propio Estado. Los venezolanos, tienen un compromiso con el Estado y deben quebrar el monopolio de las riquezas e ir a un capitalismo diversificado en los distintos niveles de producción y, que favorece a la pequeña y mediana industria. De allí, la importancia de mejorar la economía del país y reestructurar sus principios a través de la transmisión de valores que conlleven a la solución de los puestos laborales. Hay que determinar la causa de especulación de los alimentos en algunos supermercados y peor los abastos. El peor ejemplo, los tiene el antiguo Éxito, hoy Bicentenario, todos los productos no regulados tienen un sobreprecio de dos bolívares fuertes con quinientos, para no hablar de algunos electrodomésticos. Es difícil entender que un hipermercado como Kromi Market ofrezca mejores productos y de menor precio accesible al público que los del gobierno. Asunto muy cuestionable y que el pueblo lo conoce y palpa.
Quienes menos compran electrodomésticos son los empleados del gobierno bolivarianos y las amas de casas,, hay una desviación con una fluctuación de precios en alza hasta el 60%, solo los precios de la cesta básica se respeta, así paso con la lencería, van a comprar allí los dueños de comercio y luego son revendidos en sus locales comerciales con sobreprecios. Es un mercado secundario que tiene sus vicios en Mercal, Pdval y los Bice abastos, solo los usuarios quienes deben organizarse y denunciar de manera abierta a los gerentes de estas corporaciones, tanto oficialistas como privadas. Observé como dueñas de comercios en el norte de la ciudad adquirían hasta diez edredones a precios básicos y en oferta para luego revenderlos al 500% de ese precio publicitado.
Hay que sincerar la acción de los intermediarios y los ofertantes y el Estado esta en su derecho de regular los productos de la dieta diaria, generando a su vez, el control de precios en las legumbres, hortalizas y frutas en bandas que le permitan al pueblo adquirirlos en su base de proyección económica. Las industrias no pueden reinvertir para atender a las demandas en sus distintos estilos porque todo el dinero generado en riquezas fue sacado del país en años interiores y la exigencia de nuevos repuestos para las máquinas es visible. A su vez, las empresas tomadas y expropiadas por el gobierno bolivariano y bajo el control obrero, necesitan mayor voluntad de trabajo, producción y fiscalización en los precios, porque se están organizando verdaderas cofradías capitalistas en el seno del mismo estado que origina el disparo de productos necesarios para la vida doméstica e industrial. Otro asunto es la devaluación de la moneda, es bárbaro pensar en esta dicotomía de adversidades, cuando existe un interés en el fondo de acoplar el crecimiento socioeconómico.
Los venezolanos, tenemos que afrontar otra realidad, el fundamentalismo religioso, militarismo y la ignorancia ante la disciplina urbana y fiscal., creándose una serie de odios que merma el empuje de nuestra sociedad hacia nuevas conjeturas sociales. El sector militar, a pesar de los preceptos constitucionales no esta muy abierto a los procedimientos civiles, creándose parcelas de poder y de copartenidad familiar, conjurando la acción civil, solo basta recordar la doctrina Betancourt.
Sin duda, la sociedad cruza un pantano frebil y delicado, alguien trata de despojarnos de nuestra espiritualidad para ser descalificados y mantenernos prisioneros en un racismo que trata de sobrepasar nuestra naturaleza e identidad con la historia patriótica. Es lastimoso que este grupo busca el poder por medio de un extremismo derechista muy radical, capaz de tomar nuestras conciencias y revertir los designios históricos que nos avalan y llevan a la aproximación de una nueva corriente del pensamiento ya renovada y bajo el dominio de algunos diputados de la Asamblea Nacional y empresarios, me estoy refiriendo al neoliberalismo económica que en Estados Unidos causa estragos y va por su cuarta coartada de debacle y aforismo.
Lo bueno, es que hay un grupo de jóvenes luchando hacia una nueva conciencia política y empuje macroeconómico, nuestra gran debilidad el sistema penitenciario y la inseguridad social a todos los niveles por la debilidad mostrada por el poder judicial y los militares en el ejercicio del resguardo republicano. Hay que crear fortalezas en el Sur, evitar la volatilidad de los precios y por medio de Unasur, establecer las coyunturas para flexibilizar los precios en los productos del área y avanzar hacia la patria grande. Es levantar nuestra voz en contra de quienes desean dañar el aparato administrativo del Estado y agotar la dinamización de nuestra economía.
Hay que crear autodisciplina económica y decirle un no rotundente a la floreciente industria del secuestro empresarial, que, lleva ya algunos fallecidos y, donde algunas autoridades conocen sus fuentes. Es una lucha tenaz y reciproca que se inicia con la administración de alimentos y finaliza con las mafias enquistadas a través del tráfico de minerales y substancias ilícitas, Hay que crear programas en el contexto internacional que favorezca la acción del Estado y repercuta en factor productivo en todas sus instancias.
El capitalismo, como sistema financiero ya se encuentra quebrado y como Sureños, debemos lograr la unificación de una monedad común de intercambio económico y claro, darle fuerza a nuestra moneda local, utilizando la sinceración de precios ya establecido con anterioridad. El capitalismo, ya no puede ser fuente de propiciación del neoliberalismo en todas sus escalas.
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