Literatura para el conficto

La experiencia en nuestra vida se homogeniza para convertirla en un hecho real, vinculado siempre al genero nos damos cuenta que los paralelismos de nuestra existencia contextual se transforman en hechos evidentes hasta proyectar criterios de silencio que nos produce una escritura mediocre o literaria que nos sorprende al finalizar los criterios avezados de un mundo que busca su propia utopia a través de los textos de ciencia- ficción. Somos una vertiente parlante muy descriptiva que determina los diálogos con nuestros amigos más cercanos y nuestra experiencia llega hasta su limite para darnos cuenta que nos encontramos en un entorno muy oscurantista y fugaz en la medida que los tiempos avanzan en sus ciclos. Nuestro país, Venezuela, se ha convertido en un gran salón, donde todos estamos sometidos a un gran parto cultural, pero, solo los chamanes tienen el control de aspirar nuestros vientres, a la luz de las velas. Lo reflejado es el pasado con su lenguaje de fusión y continuidad nos lleva a un modelo anárquico de nuestro tiempo, otorgándole a lo prismático una realidad que anula en la distancia, cualquier olvido. Es una historia personal y política, dada a la falsedad y no la reciprocidad de criterios. Nuestra conciencia, ha sufrido una invasión de conceptos metafóricos que se revierten sobre un colectivo, dependiente de su mundo cultural, un verdadero paralelismo de la historia, un mundo imaginario, donde nada vital acontece. Es la tierra de los monos que con su poder, tienen verdaderos ejercicios de colonización lingüística para infligir sobre el colectivo y darle una repuesta satisfactoria a cada problema, aunque nuestra antropología es exigente, en cuanto a nuestras realidades.

La reflexión, constituye el mejor camino para romper las contradicciones de cualquier persona y mantener un coloquio urbano sobre los equivalentes de la historia.

Hay que saber manejar el símbolo, para no caer en confusiones. Nuestra sociedad venezolana es una gran tribu, con sus dispersiones.

Las casas de culto, todavía siguen abiertas para ofrecer su mejor artículo, La Biblia. Es la mejor manera de ganarse la sustentación, sin ir a los centros de producción y llenar las calles de mercaderías con la ayuda de quienes confabulan con el mundo urbano y mitológico. La literatura, no esta llena de susurros, sino de realidades y muy descriptivas. Se encuentra llena de pensamientos muy ilustrativos que denotan una nueva historia del pensamiento. El escritor debe tener capacidad para entender las distintas situaciones creativas de un mundo en formación. Nunca debe prestarse a la estafa cultural, debe asumir su propia alternabilidad y consecución de hechos, cuando asume ser el factor protagónico del contexto poético y narrativo. Somos humanos, hemos aprendido a leer, seguimos con las exposiciones de libros a cielo abierto, ya no somos ignorantes y no podemos dejar pasar los avances de la historia, nadie puede controlar nuestras incidencias, es un camino y una ideología a seguir de una manera muy conceptual y dinámica. Los cultores y escribientes debemos estar enmarcados en el camino de la unidad y el progreso racional de los pueblos.

La vida, es una lucha por la democracia y la equidad, donde el escritor debe apresar la verdad y hacer una observación estricta de los personajes y vivencias que hacen resistir cada paso de resistencia en los hombres de bien. Acá, tenemos talento nacional para descifran los códigos literarios y los asuntos de guerra, El discurso lingüístico, nunca puede ser manipulable y, siempre habrá un término correcto para cada expresión. El lenguaje, cuando se utiliza de una manera personal, tiende a hacer sus trampas para provocar un reclamo en el sentimiento del pueblo, Todo texto literario, debe mostrar con claridad su fin y, ser capaz de resolver los cuestionamientos en el ámbito cultural y social., hay una explicación del autor por ese motivo.

Hacer narrativa, conlleva a valorar los antecedentes históricos de nuestra patria y conformar un pensamiento para el disfrute, donde los venezolanos debemos estar en escena para lograr destruir el miedo y ser protagonista de quienes desean un nuevo arte para la sociedad. Es un trabajo a desarrollar en un lapso largo, porque hay que ideologizar y asumir una posición critica.

Nunca una letra bien leída e interpretada puede envejecer, siempre hay que leer y disfrutar de un buen texto. Todo acto, se inicia con una convocatoria y el marco ideológico determina la múltiple identidad a seguir para darnos un sujeto actoral, donde el ciudadano se identifica con su comunidad. Latinoamérica se acerca entre sí para mostrarnos una nueva identidad cultural. La poesía es abrir nuestra alma al silencio y revisar algunos ensayos es descubrir nuestra racionalidad.

Escribir, no tiene limites morales, lo hago de una manera libre, pero no casual. Mi primer articulo, escrito en un matutino data del año 1962 y se parece mucho a éste, por lo tanto es una consecución de ideas que viene destruyendo los paradigmas del pasado y esa es la gran responsabilidad de éste tiempo, fragmentar ese pasado y obviarlo para formar un nuevo criterio de poder creativo y sensorial. Los libros, son entes descriptivos de una realidad que se hace fugaz en la mente de su creador para reflejarnos imágenes de su propia realidad y, es el momento de ejercitar ese procedimiento para acentuar nuestra ideología como tal.. Un universo escondido que aflora cantos y nos ayuda a dar un testimonio claro de una tesis, que, se desprende de una lectura profunda de nuestra propia complejidad y favorece a quienes comprenden nuestro contexto histórico.

El libro, es un artificio masificado que esboza caminos que centellean con su luz, el conocimiento del hombre humanista que anda en la búsqueda de una identidad apropiada a su mundo textual y de relato onírico.



emvesua@gmail.com


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Emiro Vera Suárez

Profesor en Ciencias Políticas. Orientador Escolar y Filósofo. Especialista en Semántica del Lenguaje jurídico. Escritor. Miembro activo de la Asociación de Escritores del Estado Carabobo. AESCA. Trabajó en los diarios Espectador, Tribuna Popular de Puerto Cabello, y La Calle como coordinador de cultura. ex columnista del Aragüeño

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