Los conductores de carros particulares no se portan igual que los que andan en dos ruedas porque el tamaño del vehículo se los impide. Tal vez hasta los envidian porque van más rápido. Los conductores de vehículos particulares dan vueltas en U donde no se ve una letra vocal en kilómetros, hablan por sus teléfonos celulares, se “comen” la luz roja, se desplazan a alta velocidad y consideran estorbos a los peatones. Tampoco “ponen” la luz de cruce para cambiarse de canal. Esto último se combina con los motorizados que tampoco usan la luz de cruce, para provocar que se den unos “bollos” espectaculares que en muchas ocasiones les cuesta la vida.
Hay una infracción de los “colegas” conductores y conductoras de autos que es especialmente perniciosa para el flujo del tráfico automotor en los corredores viales de la ciudad: la “viveza” de circular por el hombrillo. Los “come hombrillos” los llaman por ahí. Esa vía se supone que es para estacionar autos averiados pero estos coleguitas la usan para “avanzar”. Muy vivos ellas y ellos. Y resulta que lo que hacen es retrasar aún más el tránsito, pues en algún momento a esos autos se les acaba el hombrillo y deben volver al canal que les corresponde. Cuando lo hacen, los que sí vienen por su canal, deben detenerse para que los infractores entren y provocan la cola. Es muy común este fenómeno, originado sólo por el abuso, a las entradas de los túneles en horas pico o al incorporarse a una vía rápida.
El andar sobre cuatro ruedas los hace más susceptibles de control afortunadamente. No pueden darse a la fuga si hay tráfico y no suelen amenazar a los fiscales por la misma razón. Se les dificulta la huida… Están más a merced de la “autoridad”, pues. Pero sufren de lo mismo que los motorizados. Transgreden más las normas en el municipio Libertador que en Chacao, lo cual comprueba que no se trata del número de ruedas en el que te montes… Mapurite sabe a quien pee. “Usa la conciencia latino, no dejes que se te duerma”, dice mi panameño preferido en la canción Siembra, del álbum del mismo nombre. Al final se trata sólo de eso. Tenemos adormecida la conciencia ciudadana.
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