Observamos movimientos de indignados a nivel mundial. Se reúnen para protestar en las principales plazas de las capitales de Francia, Alemania, Bélgica, Grecia e Italia, siguiendo el modelo de los españoles. Protestan contra el desempleo, la corrupción y la deriva de la democracia, contra el modelo neoliberal y su precarización de la vida.
El malestar social recuerda al que protagonizaron hace pocos meses, los pobladores de Túnez y Egipto y que lograron derrocar a sus respectivos gobiernos. La diferencia, no obstante, radica en que en España, Grecia, Francia e Italia no son regímenes dictatoriales, sino “democracias perfectas”,es decir, aparencias de democracia o estafas de democracia.
Encontramos también este fenómeno en Estados Unidos, “los indignados de Wall Street”, en contra de las corporaciones financieras y su influencia en las políticas económicas del país.
Asombroso el movimiento de “indignados” de Chile, donde los estudiantes tienen más de 5 meses exigiendo su derecho a la educación gratuita para todos, mientras su presidente les responde “no creemos en la educación pública y gratuita”
La indignación es un sentimiento de intenso enfado que provoca un acto que se considera injusto, ofensivo o perjudicial, están indignados porque se les está quitando los derechos y beneficios que dignifican, merman la calidad de vida.
Entonces encontramos en estos países años sin aumento de sueldo mínimo, inflación terrible, salud privatizada, educación privatizada, aumento en la edad para pensión, disminución del sueldo mínimo y aumento en las horas laborables, altas tasas de desempleo (sobre todo en la población juvenil), gastos militares cuantiosos, etc...insencibilidad con los problemas y vicisitudes de la vida diaria del hombre y la mujer comunes. Vemos derretirse economías capitalistas en las manos de los pueblos.
Los dignificados en Venezuela contamos con educación gratuita a todo nivel, con un aumento de la matrícula de casi el 90%, subsidio de alimentación, vivienda, con derecho a salud gratuita con Barrio Adentro y el sistemas de salud pública, con pensiones que se pagan homologadas año a año al salario mínimo y puntuales, en 12 años consecutivos observamos un crecimiento del salario mínimo importante, teniendo así el salario más alto en América Latina y además beneficios de alimentación.
Por esto y más, en Venezuela no hay movimiento de indignados, los indignados de Venezuela salieron a la calle el 27 de febrero de 1987, y hoy día están dignificados.
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