En la MUS el consenso se coge por dos vías, una por iniciativa propia con ciertas recomendaciones y la otra por orden precisa de Ramos Allup y cualesquiera de las dos son valederas y, una vez que haya sido consensuado tiene de por sí el visto bueno para optar al cargo que deseé desempeñar dentro de la Administración Pública Nacional de elección popular a excepción de la presidencial, porque allí, primeramente tiene que disponer de un mil cien millones y del aval de la oligarquía y, para poder competir con vanidad en las primarias tiene que montarse en cualquier tarima o escenario de promoción electoral a demostrar que es hombre hábil de llevar adelante las diversas poses in situ que le servirán o bien, para meter las manos de frente y, por detrás con antojos y echar una bailadita con empuje emocional que lo desarme o, pelarle los ojos de rabia a quien le incomode y, si le sale la afectación vulgar y escandalosa más que fastidiosa tiene, inmensas posibilidades, pero pocas probabilidades de alcanzar el nivel deseado que lo meta de una vez en el primer lugar y no olvide como complemento invariable ensartarse una pea antes -de dios y señor- que le lubrique su inteligencia política y castigue donde deba castigar con iniciativa hacia el poder, pero lo espera un problema de dimensión imprecisa sin objeción y es que el presidente Chávez como candidato del pueblo lo estará cazando en la bajadita de su estadía como a un “frijolito” más del montón de perdedores.
Una vez que usted –amigo, amiga oposicionista- haya dado los primeros pasos de regularizar sus inquietudes de aspirante a medirse con quien le corresponda con todas las formalidades internas llenas, sale de la MUS afianzado e inmediatamente tiene que hacer un curso intensivo de cálculo de matemática de suma y resta, pues allí no se puede equivocar porque un mal paso administrativo en su futura ocupación lo llevaría sin atenuantes a una inhabilitación administrativa mas no política que en la CIDH no tiene vida como le pasó a Leopoldo López que anda más enredado que un papagayo en un cable eléctrico y tronando sin apoyo interno.
Lo maravilloso de su consenso dentro de la oposición es que su currículo queda más abultado de contenido que lo hace merecedor a lo que venga después que sin experiencia de ninguna clase, tiene todo el derecho de estar entre los primeros en la larga lista de espera para los próximos años de elecciones y, mantendrá en reconocimiento un carnet de aspiración firmado por Ramón Guillermo Aveledo como secretario ejecutivo de la MUS y por Ramos Allup como secretario general de la mayoría de los escuálidos y, por si fuera poco una sonrisa encaprichada en miniatura con la CP al medio de María Corina.
En concordancia con la estadística que registra tal actividad de consenso de los candidatos registrados, éstos se cuentan por miles, ya que todos quieren ser capitalistas populares pagados por el Estado, él que fortalecerá el sacrificio que hacen los ciudadanos y ciudadanas que aspirar a un mejor convivir dentro de la renta petrolera que calme sus angustias de recibir más porcentajes en el reparto proporcional que les asiste embestidos en su cargo en cuestión.
Y en ese clima -de hoy no, pero mañana sí- se debate la relación de consenso que atrapa gente de todas las edades y de todos los colores y no de la piel que la alegría de estar bien abrigado dentro del consenso de la diversidad de cargos, les da a ellos un sueño con la esperanza de que el río de la abundancia no los desborde y en esa larga procesión de confrontaciones e inquietudes anda el desvelo de sus pensamientos que refuerce la intención de estar donde haya.
Se ha filtrado por las rendijas de los medios informáticos indecisos que Teodoro que no aspiraba a inscribirse en el consenso por la edad y por el enredo del cerro de marramucias pasadas no tenía opción valedera de estar ahí, pero una vez informado que el presidente Chávez ha decidido redactar una nueva Ley Orgánica del Trabajo fue el tic que le activó a aquél el deseo que como buen enterrador de los beneficios de las prestaciones sociales de los trabajadores durante el gobierno de Caldera sea aval más que suficiente para él participar en su nueva redacción, lo que daría origen a su coparticipación activa con un subtítulo nada ocasional que la haría más ágil en sus artículos –motivo por el cual- debería ser llamado a dirigir su redacción con un nuevo título que diría: LOT-SPS-TCH, cuya lectura sería: Ley Orgánica del Trabajo Sin prestaciones Sociales por Tío Choro.
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