Y seguro que pocos gobernadores
y alguno que otro alcalde o alcaldesa, lamentablemente, a los que como
primera medida de control está quitarles los vidrios oscuros a los
vehículos que utilizan. Queremos verlos. Muchos sinverguencean y flojean
ocultos a las miradas.
Lo ideal es que usen
sus propios vehículos para que les duelan los inconvenientes callejeros,
es más si prefieren que los adquieran nuevos con créditos gubernamentales
y pago lógico de viáticos.
Con GPS para su ubicación
diaria y cámara de grabación permanente para revisión periódica
nacional. ¡Controles de acción de trabajo y política!
Además, se va un realero
por alquileres de vehículos en todos los organismos. Asunto a revisar.
En cambio, muchos camaradas
patrulleros hacen grandes y solitarios esfuerzos por respaldar a Chávez,
sin dudas.
En estos días fui a
Margarita por Conferrys. Todavía se siente el desastre de Fucho y familia.
Y un pelo nuestro. Como es un destino turístico, de turismo comercial,
todo el año mantiene un alto tráfico.
Mucho antes de las 6
a.m. llegué, sin carro, al terminal de Puerto La Cruz donde ya había
un gentío y carrotes y camionetotas a granel. Todavía no existe buena
información que todo el mundo requiere y que no se sabe si hay cupos,
que cancele el impuesto de salida por allá, que por aquí, que el SAIME,
se haría en el muelle, etc., etc. Y la arrechera latente, escuálida
la más.
Había un corte programado
de luz de esos que no nos explicamos, por lo que aumentó la incomodidad.
Lo arrecho de la incompetencia
gerencial de antes y extendida -tal como ocurre con todo lo de la IV
a la V- es que una empresita naviera a la cual les obligaron dar espacio
en el terminal, contaba con una planta eléctrica y la millonariaza
Conferrys no.
Unos pagaron la tasa
portuaria y otros no. De paso que esos casos de falla de luz y sin servicios
y los baños parapeteados no deberían cobrarla, pienso.
En la cola de pasajeros,
larga, comenzó la desesperación por la salida que debió
ser a las 7 a.m. y comenzamos a indagar. Bajó un tripulante y
me informó que tenía una falla y tal vez de repararla saldría
a las 11:30. Hacia el pasillo al lado de la cola de vehículos medio
se escuchó una información. Nunca se entiende lo que dicen.
La mayoría escuálida
de los grandes gustos “carrote, o camionetota-billete” y viajadera
patodas partes por el comunismo, gozaba con la crítica porque se debía
a que la expropió Chávez. Y yo, de vainas, medio explicándole
a uno que otro que era el descuido de años de Conferrys.
Porque, además, se veía
otro Ferry moderno averiado desde 4 meses (antes de nacionalizarlo)
¡descuido total y hay que pagarles todo eso!
La atención dentro del
Ferrys… de primera. Felicité a los muchachos y muchachas
de la venta de alimentos y se lo hice saber a su supervisor. Los trabajadores
del barco claramente esperanzados de que todo será mejor. ¡Bravo
por eso!
Ni un sistema de detección
para drogas ni armamento, especialmente en vehículos. De casualidad
una joven guardia abriendo las maletas de los pasajeros en la fila.
¡Feo eso!
Para no extenderme en
Juangriego, donde llego, la bucólica ciudad porteña, y de la historia
bolivariana, se realizan mejoras por iniciativa del general Mata Figueroa
por ser su terruño. Del alcalde no se escucha nada bueno de los revolucionarios
de allá, menos de los humildes. ¡No existe! El alcalde, pues.
Fui a la casa donde vivió
la extraordinaria compositora Modesta Bor, al lateral de la iglesia,
y con asombro está en venta. Es, tal vez, la única casita viva
de esa cuadra de tiendas y tienditas y ese será su destino
Busqué a su inquilino
de más de treinta años, creo, Alberto Fernández, quien tiene una
pequeña imprenta clásica activa llena de muebles y papeles viejos.
Hasta se alborotó una pareja de murciélagos que viven adheridos a
las paredes de bahareque que están por caer.
Le pregunté a
Alberto, que es “PATRIMONIO CULTURAL VIVO DE NUEVA ESPARTA”, ya
que es músico, compositor, por qué esa casa no tenía una placa identificando
la pertenencia a Modesta Bor y ustedes, camaradas, conocen la respuesta.
También está en venta,
a dos cuadras, la casa que perteneció al insigne poeta margariteño
(que pocos venezolanos conocen su obra) Francisco “panchito” Larez
Granados. También sin una placa ¡Vainas increíbles!
Bueno, camarada, ahora
al título del artículo y no vayan a creer que es una banalidad de
mi parte.
La humilde propuesta
se basa, aunque en la revolución se hace honor a todas las mujeres,
sin excepciones, en que teniendo una fama que no nos quitará nadie,
por más revolucionario que sea, que somos el país de las mujeres hermosas,
sin duda, que parte del turismo se complemente con la belleza femenina.
Se imaginan que, además
de nuestras tradiciones, hermosas todas, esté presente una fulgurante
representante de tantos y tantos concursos de belleza, que salvo unas
cuantas -que se hacen animadoras o artistas- las demás, luego de tantos
esfuerzos, quedan como desechadas.
Cada fiesta, cada temporada,
cada playa, cada hotel Venetur y sus piscinas, podrían engalanarse
con ellas. Complementando la presencia de las venezolanas turistas que
también estarán allí.
Lo único es que nuestras
esposas, novias, tendrán que promover la venta de gríngolas.
Aunque suene iluso, como me escriben en algunas críticas, podría ocurrir con la venta de libros y sus autores colaborando con su presencia. Y las lecturas de poemas. Un turismo bien variado.
edopasev@hotmail.com