Aquel famoso por ahora en el año 1992 que nos estremeció, rasgando el tiempo en un antes y en un después, como una onda expansiva o látigo eléctrico tuvo la virtud de hacernos entender que en nuestra sociedad entonces aletargada desde hace tiempo hizo falta quien diera la cara y asumiera con responsabilidad los acontecimientos y el devenir de la lucha revolucionaria por la patria.
El modelo rentista petrolero con anclaje capitalista que hasta ahora funciona en Venezuela, nos ha venido educando sus intrínsecas limitaciones, que nos dificulta evidenciar el contexto de los cambios, y nos somete dando bandazos sin la tan necesaria visión de conjunto del mundo y de los asuntos oficiosos en la coexistencia social. Educarnos orientados en la naturaleza, en la permanente búsqueda e ilación que despeje todos los nudos insolventes del capitalismo, y que nos fueron dejando rezagos como nación durante muchas décadas. Influenciándonos con la matriz según la cual el devenir de un patio trasero como nos consideraron desde el norte nos condiciona irremediablemente una fortuna tercermundista, sin posibilidades de ir mas allá de ser un país productor de materia prima para que compañías extranjeras exploten la energía fósil de nuestro sub suelo. Es un formidable reto que legitima adelantar la revolución educativa y cultural en marcha en la patria de Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios Ponte y Blanco. Esa estructura teórica que llamamos pensum debe seguir revolucionando y aproximarse mas a la moseria del conocimiento, actualizada con mas objetividad y con la fragancia de los retos insurgentes del devenir y la evolución de las realidades concretas donde se reflejen desde las angustias de los ciudadanos que buscan respuestas, hasta las parsimoniosa disciplina de las ciencias y la dialéctica que viven los seres humanos en el mundo de hoy que además van encontrando multiplicidad de campos aun sin explorar o que han sido subyugados por elites que pretenden seguir monopolizando el poder del diverso conocimiento, bajo la disciplina de la autocracia intelectual. Monumental el reto pero se tienen coordenadas, juventud con disciplina, solidaridad, humildad y con fe en la civilización haciendo política de la vida para la vida.
Reivindicando que es una virtud, ser una madre o un padre responsable, y es una virtud ser un hijo o una hija consecuente y solidaria en la faena, en el amor y en la defensa del fundamento del vínculo familiar.
Los jóvenes evolucionando a la fase de adulto nos hacen espabilar, y a la espalda va quedando el morral, la puerta de la casa vieja de la maestra, la lonchera y el sexto grado, luego el laboratorio con el profe de la casa grande, así vamos rumbo a la academia que nos involucra y nos invita a soñar para vencer todas las sombras.
Juventud divino tesoro, los peligros siempre acechan y distraen a la juventud sin oficio, y como la hiedra las tentaciones van solapadas con inocencia subliminal, el camino de los vicios siempre dañinos y el consumo alienante sin medidas; jóvenes en maceración para convertirse y asumir la tarea de ser hilo conductor que ayude a la materialización de la polifacética idea de patria buena con hijos en la diversidad persiguiendo un objetivo de todos y persuadidos por esa lógica de la fecunda historia libertadora que nos hace dignos e independientes, advertidos y alertas los caminos nos aguardan.
Legislador Luis Oscar Calderón.
luisoscarc55@gmail.com
Consejo Legislativo del Estado Trujillo.
Militante Fabricista del Partido Socialista Unido de Venezuela.