¿Han
visto ustedes en algún momento a Capriles Radonski o Antonio Ledezma
o Maria Corina Machado o Leopoldo Lopez, o cualquier otro premajunche
reírse? ¿Pero reírse de verdad?
María,
a quien le da asco tocar a los pobres, a los negros y a los
indígenas, tiene esa sonrisa que a mi me da asco, la sonrisa de una
bruja anorexica. Radonski tiene una sonrisa de loco, y Lopez igual,
como si recién salieron del manicomio.
Se
sonríen, aunque forzado, pero nunca se ríen. ¿Verdad?
¿Se
acuerdan de Carlos Fernandez y Juan Fernandez y Carlos Ortega y
Enrique Mendoza, esos criminales que lideraron el golpe contra
nuestro país y el sabotaje petrolero?
¿Cuantas
veces los vieron reírse?
Nunca.
Un
anciano muy sabio me dijo un día, “Para saber si alguien es
sincero, observe para ver si la persona tiene un sentido de humor
verdadero, y si no lo tiene, no confíes en ella. La persona sincera
es capaz de reírse de verdad, y la persona en quien tu mas puedes
confiar es aquella que es también capaz de reírse de si misma.”
Por
eso se que Chávez es una persona sincera y de confianza, al contrario
de Obama, quien se ríe, pero nunca de verdad y menos de si mismo.
Los premajunches, ni hablar.