Desde que conocí a la agrupación Calle 13 comencé a escribir este artículo mentalmente. Entre el asombro y el gusto me asomaba a esta propuesta sin antecedente en este tipo de música. Por supuesto que he escuchado cantantes con posiciones política, pero encuadrados en una corriente definida: la música protesta. Tal vez Rubén Blades era el único que se salía de esa casilla con su salsa en los 80 y no por casualidad, este cantautor es uno de los referentes de la agrupación portorriqueña.
Había escuchado pedacitos de la canción Latinoamerica en Telesur y siempre me timbraba. Me preguntaba de dónde salía esa exquisitez de letra y de voz, en especial la interpretación femenina. Luego vino la noche de los Grammy y allí el asombro y la emoción fue total. Oir nuestro cuatro y nuestra OSV incorporada en ese hermoso himno que es sin duda Latinoamerica, me llevó a emociones sentidas años ha, allá en los 70 con la nueva canción latinoamericana y sus vigorosos interpretes, donde Ali Primera tiene un sitial de honor. Me recordó la vez que escuché a IntiIlimani en vivo aquí en Maracaibo. Igual que a Mercedes Sosa, a Silvio y a Pablo y a otra de cuyo nombre no quiero acordarme.
Esa letra interpretada en ritmos urbanos es para mi toda una evidencia de que en la música también se expresa los cambios que con vigor vive esta región, luego de la larga noche del neoliberalismo. Ahora que en todos-o casi todos- los países de la región sus gobernantes se parecen cada vez más a sus pueblos, como alguna vez dijo Cristina, surge esta agrupación. Así entonces, el arte también comienza a parecerse cada vez más a su pueblo. No es casualidad.
Calle 13 con sus letras, sus arreglos, sus videos y sus presentaciones logran expresar -y de qué manera!- toda esta erupción que viven nuestros pueblos. Proliferan en ella nuestros cantos, nuestras inquietudes, nuestras esperanzas y eso no lo compra nadie, como tampoco nadie puede comprar nuestros deseos y estas ganas de ser que ya nadie podrá arrasar, ni invisibilizar.
Hay algo de esta agrupacion que me encanta y lo considero uno de sus logros fundamentales: poner de nuevo el nombre de Puerto Rico en el mapa latinomericano, invisibilizado por su condición de “estado asociado” de EEUU y eso no es poco cosa. Seguramente muchos jóvenes de esta región desconocen esta realidad.
Pero Calle 13 es algo más que Latinoamerica, tiene una extensa obra donde resaltan otras propuestas por demás irreverentes y con humor que le han valido miles de seguidores a lo largo de estos 5 años de actividad artística, desafiando los grandes monopolios de la distribución músical, especialmente en la radio, donde la payola hace de las suyas. Las ácidas opiniones de Réne (Residente) les ha generado más de un veto, especialmente en su país. No obstante lo cual, fueron los ganadores absolutos de los recientes Grammy sin tener que hipotecarse. Toda una lección para reflexionar.
He revisado con interés muchas de las entrevistas hechas a René a lo largo de estos años, lo sigo en Twitter, leo con atención todo lo que se publica sobre ellos y encuentro una coherencia y consistencia nada usual que me entusiasma. No es fácil conseguir estas posiciones en grupo musicales. Tienen opinión sobre diversos temas, compone con poesía y no cae en lo panfletario que ya es un logro.
En fin, que calle 13 ha sido uno de los mejores regalos que me dio el año que culmina y prueba latente de que vamos por buen camino, porque el arte- ay el arte!- también lo expresa y cuando eso ocurre es porque el deseo de cambiar ya se metió en el torrente sanguíneo y en el alma de los pueblos.
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