Una revolución implica romper con todos los paradigmas políticos de un país, y en el caso de América Latina eso significa destrozar la visión de lo bueno y de lo malo que se impone desde Washington. Cuando la Casa Blanca abre su bocota es para decirnos qué estamos haciendo correctamente y cuando nos estamos “descarrilando”. Por esta razón Nixon le gritó a Kissinger en 1971: “Hay que sacar a ese hijo de puta de Allende del poder”. Lo sacaron, lo mataron. Muchos mandatarios viven cagados por lo Washington pueda decir y decidir sobre las decisiones que los mandatarios regionales estén tomando en sus respectivo países. Mauricio Funes, supuestamente de izquierda, del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), se chorreó horriblemente cuando el Departamento de Estado lo mandó a ponerse firme. No se diga el bobito imbécil de Lucio Gutiérrez que a los pocos días de haberse encargado de su presidencia le entregó un informe de sometimiento a la CIA. Por los vientos que soplan Ollanta Humala está asustado, y todavía no sabe en qué palo ahorcarse. Ni qué decir de todos los presidentes de la derecha en América Latina que son peores que perros falderos, que cachorros miserables del imperio: Vicente Fox, Alan García, Alejandro Toledo, Juan Manuel Santos, Piñera, etc.
La guerra demencial del imperio está desatada hoy sobre todo contra Venezuela. Creen los malditos jeques del imperio que todavía pueden tener capacidad de asustar y doblegar a todos los mandatarios de Suramérica. Y tratan de alentar a sus perros falderos de la oposición venezolana en sus amenazas que lanzan contra visita que nos hace Ahmadinejad y estalla Washington diciendo que esa visita les preocupa. Inmediatamente todos los cerdos de la oposición se han puesto a chillar como cochinos, sobre todo Leopoldo López.
Pero al mismo tiempo lanzan ataques con el nuevo ministro de Defensa porque Washington lo ha definido como un militar acusado de narcotraficante y de apoyar a las FARC, y eso esa acción del Presidente Chávez de nombrarlo ministro de la Defensa es absolutamente revolucionaria. En cada acto nuestro debe existir una orden que mande a la mierda todo aquello que le encante al imperio.
Señores del Pentágono, señores de la Casa Blanca con Miche Jackson Obama, váyanse a la mierda, y sepan de una vez por todas que Venezuela es un país soberano. O somos o no somos.
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