Como a las diez de la noche el día jueves 15 de diciembre de 2011, al final de una maratónica reunión del presidente Chávez con militantes del Gran Polo Patriótico (GPP), entran de pronto, previo anuncio, un grupo de indígenas del pueblo Yukpa presidida la caravana o fila india por la Ministra Nicia Maldonado con su tren ministerial y de inmediato se da inicio a un improvisado y desordenado acto para entregar los títulos de propiedad colectiva de las tierras de los pueblos Barí y Yukpa. Ese día también se entregó otro título de una nueva porción de tierra a una joven dirigente Kariña.
Se esperaba que fuese todo lo contrario, se suponía la realización de un gran acto nacional, y porque no internacional, para entregar los títulos más peleados en la historia indígena de Venezuela, debería haberse realizado en una de las salas del Teatro Teresa Carreño con la presencia de indígenas del todo el país y de otros pueblos originarios de América, además con la presencia de por lo menos del Presidente de Bolivia Evo Morales y de Sabino Romero Izarra, y porque no de una gran parte de los representantes del movimiento popular y ecologista del país que han estado luchando junto con estos pueblos amerindios por una justa y real demarcación de sus territorios originarios, a los antropólogos e investigadores universitarios, al Hermano Jesús María Korta, a los doctores Edgardo Lander, Esteban Emilio Mosonyi, a Santiago Arconada y a María de los Ángeles Peñas que conforman para este asunto de tierra una comisión asesora al Vicepresidente Ejecutivo Elías Jaua.
No haber hecho lo antes expuesto fue una torpeza política y un acto mezquino contra muchos, con el país y América toda, en especial con los países del Alba. Pero quizás en este último planteamiento no tenemos razón, pues bien si nos fijamos con detenimientos nos damos cuenta de inmediato que los títulos otorgados el 15 de diciembre pasado son títulos chimbos, pues detrás de estos títulos están la defensa de los intereses de otros, de los no indígenas, de los llamados en el napoleónico Código Civil “derechos de terceros” (ganaderos y parceleros entre otros) y de las empresas imperiales energéticas y mineras, y desde luego con el calentamiento de la tierra, la desertificación de los suelos, la merma de la biodiversidad y toda forma de vida contemplados en la política extractiva de este Gobierno, de los países del Alba y de América toda. El Gobierno sabía que el título que estaba entregando luego de la maratónica reunión del GPP a Ciro Landino en representación del pueblo Yukpa no era lo que esperaban los pueblos indígenas y por lo que tanto ha luchado este aguerrido pueblo Caribe de la estirpe de Guacaipuro desde la llegada de los hacendados a su territorio original.
En el apresurado acto el Presidente hablaba de la adquisición de las bienhechurías de 50 hacienda y de la entrega de unas seis mil vacas, entre otras cosas, pero los indígenas ni nadie en las instituciones involucradas les saben dar una única razón, no se conocen los nombres de las 50 haciendas, ni cuantas serán asignadas a los Yukpa y cuantas a los Barí, ni mucho menos el número de vacas por familias o de propiedad colectiva, así como la garantía de la viabilidad de este proyecto colectivo bovino. Que se van hacer con los parceleros y con los otros hacendados que quedaron dentro de la poligonal de 143.610,50 hectáreas de montañas principalmente, en especial con los señores guarimberos dirigentes parceleros de la talla de Luis Carrillo y Betty Fernández que desde el 19 de noviembre del 2011 mantienen en zozobra a Machiques.