El 12 de octubre de 2011, los medios poderosos se frotaban las manos reseñando esta información: “Estados Unidos acusa al gobierno de Irán de planear atentados contra las embajadas de Arabia Saudita y de Israel en Washington”. Junto con el asesinato del embajador saudita en este país, se trataba de un complot que según la Casa Blanca, se había gestado en Irán, México y Estados Unidos, y que se llegó a calificar como un "acto de guerra".
Otra vez, México, envuelto en otro macabro invento contra Venezuela. Lo que acaba de ocurrir con nuestra Cónsul en Miami es algo idéntico a lo del Maletín de Antonini Wilson y la Computadora de Reyes, y le están dando muchísima publicidad en los medios gringos, con tramas noveleras, videos, documentos a lo Sherlock Holmes y al agente 005. La ultraderecha gringa está presionando a millón precisamente por la perspectiva electoral del 7 de octubre. Se avecina una guerra informática bestial y esto hay que comenzar a denunciarlo ya. La derecha de los maricoris venezolano está en un hervidero de yeyos espantosos, con impotentes eyaculaciones cada segundo, pidiendo a gritos que de una vez los marines pongan sus botas de mierda en nuestro territorio.
Lo de Antinini Wilson no les resultó, lo de Reyes fue lo más cursi del planeta, lo del atentado contra las embajadas de Arabia Saudita y de Israel en Washington terminó en un procaz sainete. El supuesto plan de Irán para atentar contra Adel Al-Jabeir, embajador en Estados Unidos de Arabia Saudí y las embajadas de este último país e Israel en Washington fue una cortina de humo de la Casa Blanca para desviar la atención de los problemas a los que se enfrenta en Oriente Próximo, y también por las grandes protestas de indignados por todo Estados Unidos. Quieren otra vez apelar a las mariqueras del patriotismo yanqui para que salten robocops superdotados por todas partes.
Entonces salió el imperio ridículo diciendo que su Gobierno había neutralizado un plan “concebido, patrocinado y dirigido desde Irán” con el objetivo de matar al embajador de Arabia Saudí en Washington y atacar su legación diplomática y la de Israel, todo ha confirmado por el fiscal general norteamericano, Eric Holder. El mojón fue esta manera desvelado por Iroel Sánchez: El FBI y la DEA habrían descubierto el complot cuando un iraní naturalizado norteamericano se puso en contacto con un agente secreto informante de la DEA, miembro de un cártel de narcotraficantes en México, y prometió un millón y medio de dólares por asesinar al embajador saudí. En el aeropuerto de New York fue detenido el 29 de septiembre de 2011, Manssur Arabsiar, el iraní-norteamericano al que acusaban de ser el organizador del ataque por encargo de otra persona -nombrada Shakuri Gholam- que según EE.UU. permanecía en Irán. El mexicano, al que identifican como CS-1, estuvo acusado en el pasado de tráfico de drogas pero se pasó a los buenos y ahora cobra de la DEA, es el que señala a Arabsiar como el que lo contrató en México por un millón y medio de dólares para un atentado que se ejecutaría con explosivo plástico C-4, aunque en otra parte dice que el iraní afirmó que “se utilizarían armas de destrucción masiva”, ¿se acuerdan de las de Iraq que aún no han aparecido? CS-1 recibió dos giros bancarios para el atentado por 49 000 dólares a través de bancos oficiales, lo que va en contra de cualquier instinto conspirativo elemental en el comportamiento de un gobierno.
Según el thriller de Holder y Muller, el 20 de septiembre el narcotraficante amigo de la DEA le anunció al iraní-norteamericano que estaba listo para el atentado, pero que o entregaba la mitad del millón y medio o Arabsiar servía de garantía estando en México durante la ejecución del operativo en Washington y este optó por la segunda opción. El 28 de septiembre, Arbabsiar viajó de New York a México, donde no fue admitido, y lo devolvieron al aeropuerto John F. Kennedy, allí fue detenido al bajar del avión y el supuesto fanático lo confesó todo e hizo una llamada a Shakuri, en acuerdo con el FBI, diciendo que “el Chevrolet está listo” lo que es la gran prueba de implicación del gobierno iraní.
En México, el diario La Jornada calificó en un editorial la historia como “juego de conjuras” y afirmó que “no puede descartarse que el propósito real de esta revelación sea potenciar el injerencismo estadunidense en el proceso de violencia que se desarrolla en México y dar sustento a las cada vez más desembozadas propuestas de intervención militar por parte de diversos políticos y funcionarios estadunidenses”. Otras fuentes afirman que una vez más la amenaza externa llega con mucha oportunidad, cuando las protestas del movimiento Occupy Wall Street se extienden como pólvora por todo el territorio norteamericano. Se dice que Obama conocía de la operación desde junio, ¿por qué ahora es que se activó el anzuelo CS-1?.
Afirma Iroel Sánchez “Por otra parte, Irán, narcotráfico y terrorismo de estado en una misma trama es algo que las agencias de inteligencia de Estados Unidos conocen bien desde que la CIA organizó la operación Irán-Contras en Centroamérica, coordinada desde la Casa Blanca y en la cual participaron conocidos terroristas de origen cubano como Félix Rodríguez y Luis Posada Carrilles. Posada Carriles ha empleado el explosivo C-4 para volar un avión civil y lo iba a usar en el paraninfo de la Universidad de Panamá en un atentado contra el líder cubano Fidel Castro donde morirían cientos de personas. Por cierto, tanto Rodríguez como Posada son tratados como héroes en la ciudad de Miami y en el Congreso de EE.UU. pero el Departamento de Justicia norteamericano, que tan activo se muestra en esta historia, se ha negado ha procesar por terrorista al fanático del C-4”. (Publicado en CubAhora).
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