Era
Febrero y aparecía el primer número de Fuerza.4,
el periódico de Ciro Quintero.
Pudiera
haber sonado extraño a oídos de quienes deambulaban entonces por los lados de la Cadena Capriles,
pero no a quien escribe conocedor del temperamento y del sentimiento político
de Ciro Quintero, un periodista con mucha fogosidad, un ciudadano que estuvo
identificado con el hecho revolucionario antes que apareciera el líder Hugo
Rafael Chávez Frías y al que la mayoría venezolana venimos siguiendo hace más
de una década.
-Ciro,
tienes que mejorar la diagramación, porque parece un periódico de los 60,
recuerdo que le dije.
- No
importa –respondió Ciro- este es un periódico revolucionario.
Ese
emotivo Ciro Quintero Rodríguez cumple este lunes su primer año de haber
fallecido, cuando contaba con 73 años, más no de haberse marchado de quienes
fuimos y seguimos siendo sus amigos.
Con este
ex mirista, cuyo nombre lleva una Sala
de Prensa ubicada en las
Instalaciones
de la Biblioteca
Nacional, en el Foro Libertador, frente al Panteón Nacional,
intercambiábamos ideas, opiniones, molestias y otros crudos comentarios acerca
de la realidad periodística y gremial.
Éramos
estudiantes inquietos y Ciro Quintero despuntaba como luchador del periodismo. Luego compartimos como integrantes de la
primera directiva de Caracas del Colegio Nacional de Periodistas. Por allí
andábamos Eduardo Orozco, Martín Pacheco, el poeta Pedro Francisco Lizard.
Fueron los
tiempos en que como estudiantes deseosos de aprender y contagiados con el
humanismo, seguíamos con fidelidad a nuestros luchadores en el campo del
periodismo. Héctor Mujica, Federico Álvarez, Pedro Duno y otros nombres
importantes fueron referencia para los estudiantes y egresados de la Escuela de Comunicación
Social de la Universidad
Central de Venezuela.
Al Flaco
Ciro nadie lo obligaba a nada, pero siempre estuvo en la lucha porque el gremio
de los periodistas fuese mejor cada vez, compartía esas preocupaciones con
Freddy Balzán, Aurelio Gil Beróes y otros en el Sindicato Nacional de
Trabajadores de la Prensa.
La
fogosidad, ese fervor revolucionario de Ciro Quintero jamás cedió. Fuerza.4 se convirtió en su tribuna de
lucha y sus amigos, muy identificados con él, compartíamos y discutíamos y
participábamos en ese periódico. Aléxis González Mariches, Carlos Bujanda,
Aurelio Gil Beróes Antonio Aldazoro y otros nos ubicamos con nuestros artículos
en dicha publicación.
La
trayectoria de Ciro Quintero le valió lo que se mereció siempre, es decir, el
Premio Nacional de Periodismo. Siempre fue un hombre de buen carácter, pero que
también compartía sus broncas por las cosas que no se hacía bien e revolución.
Criticó a la revolución en su defensa de los medios alternos y comunitarios,
pero jamás estuvo en contra de la revolución. Hizo lo que Chávez siempre pide,
críticas para mejorar. Y mucho de él lo dejo en el libro Premoniciones, en cuyo
bautizo estuvo José Vicente Rangel.
Para este
hombre devoto de la revolución y que hoy, pese a su muerte está vivo entre los
periodistas, se aprecia como entusiasmante que los periodistas revolucionarios
de este tiempo se apresten a reconquistar el Colegio Nacional de Periodistas.
Fervoroso
como siempre, lo veíamos en las reuniones del Consejo Nacional de Comunicadoras
y Comunicadores Socialistas; Fue crítico y permanente luchador porque al fin
pudiésemos transformar nuestro gremio en función de las periodistas y los
periodistas honestos del país. Creo que Josefina, su viuda y sus hijos
Vladimir, Ciro y Verne son muy orgullosos de Ciro Quintero.
estacio_conac@yahoo.com
Lee el siguiente blog: wwwpertinentes.blogspot.com (Premio Aníbal Nazoa/2010) Mención Opinión)