Elecciones primarias de la oposición, felicito la disposición de competir en la contienda electoral presidencial bajo la figura aparentemente armónica de la MUD.
Aplaudo igualmente el cambio de rumbo y decisión de enfrentar por la vía electoral a Hugo Chávez y el proyecto que lideriza. Decisiones que demuestran un importante proceso de aprendizaje ante la fuerza político-electoral del chavismo demostrada durante 13 años.
Sin embargo, tales intenciones no necesariamente demuestran sintonía con una Venezuela en construcción, con una democracia viva y con nuevos actores en la escena política. Ciudadanos opuestos a cualquier planteamiento elitesco, empeñados en transitar novedosas formas democráticas y en reinventar la emancipación social, dispuestos a demandar la apertura de nuevos espacios de participación y debate.
Por el contrario, las propuestas electorales de los candidatos de oposición, expresión de una suerte de analfabetismo político, no logran descifrar la nueva gramática política, institucional y social.
Atrapados por la contradicción o incompatibilidad entre democracia y capitalismo, parecieran no haber resuelto la integración y participación de los sectores populares; de allí ambiguas propuestas tales como "preparar a los pobres para atacar la pobreza". En ese sentido, tímidamente aparecen fórmulas dirigidas a demostrar que sólo puede florecer una verdadera democracia bajo el capitalismo liberal y con la protección de la libre empresa, de allí el eslogan "capitalismo popular".
En general subyace el discurso de que la libertad es atributo de la propiedad y, en ese sentido, las libertades civiles, ideológicas y políticas sólo están protegidas y aseguradas a condición de que prevalezca la libertad económica. De allí afirmaciones tales como "La propiedad privada no es capricho, es ley".
Aferrados a una concepción liberal burguesa de la democracia, la participación del "pueblo" se limita a la renovación periódica de las autoridades mediante el voto directo y secreto. Reducido el "pueblo" a una suerte de entelequia, se le niega su esencia política y la posibilidad de organizarse en la procura de una democracia social y revolucionaria.
Tales contradicciones fundamentales y la carencia de un verdadero proyecto de país afectan el discurso político de los aspirantes de oposición, resultando en propuestas vagas y timoratas, o simplemente de carácter instrumental.
maryclens@yahoo.com