Nos encontramos en un país, (Venezuela), de vivencias generacionales y, muchos no desean alejarse de los cargos a pesar del tiempo transcurrido. De verdad, es difícil dejar una posición empresarial o política, luego, de años transcurridos transitando por las misma acera, sencillamente debemos planificar el futuro con una nueva etapa de jóvenes asumiendo su perfil y, de esta manera dinamizar la sociedad a través de sus integrantes personales y colectivos que determinan el tiempo necesario para las funciones públicas y, aquí existe una gran verdad, todos deseamos una renovación en algunos estadios del Estado, es necesario madurar para vernos envejecer. Es menester motivar a un público o a las masas. Es necesario, transmitir un mensaje y mostrar fuerzas creadoras que le den sentido a lo humano. Sobretodo, es necesario lograr un modelo ideológico que se adapte al Estado y dejar los modelos atrasados para ese pasado que tanto nos excito, pero, no logro encontrarnos en la juventud para darnos aliento y el disfrute de una nueva vida, solamente debemos renovar nuestras fuerzas y darle al proyecto encarnado en el Libertador Simón Bolívar, un nuevo sentido en la historia.
Hay que acabar con los arrebatos autoritarios y darle sentido a la nueva historia política del Estado Venezolano, ya no hay que evadir conceptos y dar una negación al proceso económico interno, es una pesadilla importar y no producir, estamos cohabitando con un falso mercado y las empresas socialistas expropiadas deben salir del mimetismo y, simplemente, darle oportunidad a los nuevos gerentes para que invoquen al pueblo legislador y no se favorezcan a grupos de poder. Esta actitud, quedo en el pasado. Hay que salvar esta transición socialista y democrática, anulando las viejas estructuras de los viejos elefantes, están rígidos y no se movilizan en la orientación adecuada y nadie debe tener en nuestros país un disfrute y posición de patrimonio.
Hay que evitar las burbujas económicas y sociales en cualquier nivel del Estado. Esto, no es un mero torneo electoral. Hay muchos agentes de pesimismo ejerciendo funciones públicas y estrangulando la economía con la especulación excesiva, dañando al pueblo en su aspecto ético, hay que responderle a estos malentendidos de oficio con los cuerpos del Estado y hacerles comprender mediante elementos jurídicos que la realidad es otra. Están sembrando una violencia comercial y ciudadana que se siente en cada calle de nuestros caseríos y comunidades.Sin duda, esta campaña electoral será simétrica y mediática, donde los viejos partidos no sacaron a sus elefantes y sus jóvenes convencidos de una realidad social, montaron desde hace quince años tienda aparte y lograron colocar en puntos clave a gente de su competencia y, los preparo y organizo a instancias de sus propios precursores. Un equipo silencioso que promueve los principios democráticos y socialistas desde altas esferas y tienen un buen consejero estratégico en Carabobo, donde se agitan todo tipo de banderas y portan pancartas muy distintivas.
Los jóvenes votantes de la oposición no aceptaron estos viejos elefantes de la política nacional y dieron un alerta a otros factores de poder en el ámbito venezolano. Es necesario, abrir espacios de discusión para la libertad democrática dentro de las comunidades y, ahora existen nuevos retos para ayudar a los débiles e ideologizarlos en todos los aspectos del quehacer humano. En el ambiente hay una sola propuesta filosófica bien argumentada sobre crecimiento humano. Mucho más allá, con una dimensión religiosa en su hacer, la oligarquía busca sus vertederos para constituir un dominio sobre la naturaleza humana, le dan repuestas irreales al pueblo, muchos de los cuales no desean ubicarse entre ser rico o ser pobre, la única manera de acordar una nueva revolución es aportando mediante la producción, un concepto de la nueva Venezuela que deseamos, pero, hay que invertir para ganar y superar los muros de la nueva realidad nacional.
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