El discurso político de cara a las elecciones 2012

El discurso expresa mucho más que simple palabras, articuladas en frases, adjetivos, sustantivos, verbos o complementos directos o indirectos. El discurso manifiesta una forma de ser y entender el mundo social. Por lo tanto al construirse un discurso, lo que se observa en un ser-sí-mismo en torno al contexto social en el que nos desenvolvemos. Ese ser-sí-mismo, nos señala la forma particular en la que organizamos el mundo social, la realidad que nos toca vivir. Ese discurso, nos manifiesta por lo tanto, las maneras sociales en las que nos vemos y relacionamos con otros.

      Eso es vital, al analizar y comprender el discurso político, que expresa las articulaciones y las relaciones de poder que caracterizan un complejo social. Esas articulaciones y expresiones se encuentran matizadas por un elemento ideológico, que se manifiesta en los esfuerzos individuales y colectivos por ejercer – y controlar- el poder, entendido en un sentido weberiano, es decir, como capacidad para modificar el comportamiento de otro. Esa vinculación se establece entre el discurso como expresión social del poder y la interacción- dominante- que el ansia de poder ejerce sobre el discurso. En este sentido, la construcción de un discurso político, como discurso de poder, pone en evidencia el ser y el hacer en relación con la realidad social de los grupos sociales que emiten el discurso. En ese sentido, se debe asumir que el discurso de poder – o contrapoder o contrahegemónico en el sentido gramsciano- no es inmutable. Si algo caracteriza los estudios del discurso, y particularmente los estudios del discurso político, es su característica de mutabilidad, su capacidad de cambio. Este aspecto, es particularmente pertinente para el caso de los análisis de discurso, tanto para el presidente Hugo Chávez, como para el candidato de la MUD, Capriles Radoski.

      Hemos señalado en un conjunto de trabajos realizados sobre el discurso de Chávez -Discurso y filosofía Política en Hugo Chávez (2001), uso e interpretaciones de la historia en el Discurso de Hugo Chávez  (2005), el pensamiento socio-político de Chávez (2010)- que se encuentra en él una característica de uso de la idea de crisis y agotamiento, que está presente en el imaginario de los venezolanos en el contexto socio-histórico de finales del siglo XX. Esa idea de crisis, o sobre esa idea de crisis se asigna responsabilidades y obligaciones que en el caso particular de Chávez, tienen a los partidos históricos como sujetos protagonistas. Esa asociación discursiva de la crisis como producto histórico de las acciones de los grupos partidistas, ligados a los partidos AD y COPEI, se manifiesta en un conjunto de marcos interpretativos, entendidos como formas culturales de entender la realidad que nos rodea y que nos permite conectarnos con otros, que comparten esos marcos que sirven de estímulo para la movilización y la acción política. Esos marcos le asignan a los partidos, sus relaciones, sus protagonistas una serie de responsabilidades en los procesos de crisis económica y social que experimentamos los venezolanos en las últimas décadas del siglo XX – de manera intensa, manifestada en ciclos de protestas evidentes desde el año 1989- y que nos condujo a una situación constante de conflictividad y explosión social.

      Por otra parte, el discurso de Chávez hace uso de referentes históricos, esencialmente ligados al pensamiento Bolivariano, que se ha traducido en la popularización del mismo en los sujetos sociales. Eso ha generado una particular irritación de los grupos sociales dominantes, quienes han construido una visión antropológica del “Padre Bolívar”. Esa visión está relacionado con elementos que nos enseñan que los padres se obedecen y respetan; de forma tal que las elites políticas ligadas a AD y COPEI que se conectaban con el pensamiento de Bolívar debían ser respetadas y obedecidas, al romper con ese simbolismo, se incentiva un discurso insurgente, peligroso e incómodo en el afán de poder – como dominación- de esos grupos; transformando al emisor del discurso – Chávez- y quienes comparten ese marco interpretativos – los colectivos sociales que le apoyan políticamente a través del PSUV- en sujetos rebeldes, irrespetuosos y socialmente estigmatizados de las convenciones sociales construidas desde Universidades, círculos académicos y Academias.

      El discurso de Chávez, es sin duda un discurso de contrapoder, pues a pesar del hecho de ejercer el poder político, culturalmente la dominación del discurso invisibilizador, hegemonizado desde los círculos de poder económico, político y cultural; se mantiene. Ese choque constante, o mejor dicho, la evidencia de ese choque entre un discurso que sigue siendo hegemónico en la sociedad venezolana (escuela, iglesias, medios de comunicación, universidades) y otro, articulado desde nuevas relaciones de poder político, que aún no son totalmente preponderantes en un sentido gramsciano, se evidencia con cada nueva alocución del Chávez. Por eso la presencia de un discurso reinterpretativo de la realidad histórica en sus constantes alocuciones y los efectos que esa reinterpretación tiene sobre prácticas de acción política y desenvolvimientos sociales en los ciudadanos. Se asiste incluso a una redefinición de los usos del espacio y de la política, que hace más evidente las contradicciones de la sociedad global y sus formas de explotación. Por eso es que el discurso político de Chávez se hace tan incómodo a los grupos de poder en el contexto latinoamericano.

(*) Dr.

Historiador

Juane1208@gmail.com 

21/02/2012



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Juan Eduardo Romero

Dr. Mgs. DEA. Historiador e Investigador. Universidad del Zulia

 juane1208@gmail.com

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