En comparación con el Chávez que en junio del 2011 nos habló desde La Habana, demacrado, caída la voz, leyendo por primera vez un texto, para informarle a su pueblo la gravedad de su enfermedad; esta vez habló para salirle al paso a la orquestada campaña de rumores que desde Miami y los centros del poder político norteamericano, el raterío mediático de ese país y sus similares de Venezuela pusieron a correr desde hacía varios días donde, incluso dijeron que había muerto.
El Chávez que habló el martes de carnaval, el 21 de febrero, era el hombre aplomado, firme, sincero que adelantó la información de su estado de salud para salirle al paso a la guerra de rumores y especulaciones puesta a rodar por el fascismo criollo y sus medios de desinformación. Con enorme valentía y honestidad nos informó al pueblo que tiene un pequeño tumor de 2 cms. de diámetro en el mismo lugar donde le fue operado el cáncer en Cuba. Puso las cosas en su sitio, negó la metástasis, el acb o cualquiera de las mil enfermedades y males que el imperio puso a rodar de manera aviesa en su infinita guerra mediática contra el Presidente y contra la revolución bolivariana.
Por supuesto que esa información nos consternó y entristeció a todos, pero igualmente nos llenó de valor para proseguir en la lucha y en la defensa intransigente de la revolución. El mismo Presidente en sus palabras, dadas en pleno ejercicio de sus funciones, viendo los significativos avances del proyecto de fábrica de camiones hecho con apoyo de la república hermana de Belarús o Bielorrusia en el estado Barinas, habló de su confianza en el pueblo para defender el proceso porque nuestro pueblo había dado enormes saltos en su desarrollo político y en su conciencia para sí como pueblo de la nación de los Libertadores.
Por supuesto que, además de la confianza que debemos tener y el manejo adecuado de tan delicada información, uno se pregunta: ¿hubo salida de información, imprudencia de algún nivel del gobierno que llegó a la inteligencia de la ultra derecha, a la embajada yanqui y ésta hizo el vil, miserable y canallesco uso de lo que les estaba llegando –similar a como lo pudimos apreciar la primera vez– para, en el marco del proceso electoral que de hecho se vive en el país, tratar de que se suelten los demonios sociales, generar angustia y pánico en la mayoritaria población chavista y generar un caos que pueda propiciar una intervención extranjera.
La conspiración ni ha cesado ni deja de estar en marcha, ellos saben perdido el 7 de octubre, aún con Chávez enfermo o a media máquina, porque se está produciendo un singular fenómeno político, aquel donde cada venezolano progresista, patriota, revolucionario, bolivariano, socialista se asume como un Chávez, porque en octubre no sólo se va a elegir un presidente, se va a consolidar aún más una revolución que desmonte definitivamente el capitalismo (la eliminación definitiva de los monopolios económicos burgueses, por ejemplo), que amplíe en términos políticos el poder popular, que termine de desmontar el Estado burgués y sus lacras como la burocracia y el clientelismo político; un proceso para el segundo plan revolucionario socialista de la nación que no será un recetario de cocina sino una poderosa herramienta para profundizar el cambios en las estructuras sociales que aún no se han hecho y que el pueblo y la nación reclaman. En octubre se va a defender la independencia de la Patria, esa categoría que se ha consolidado estos 13 años.
Ya la derecha oligarca, el sionismo, el imperialismo yanqui puso en la arena política al que consideran como el menos malo de sus líderes (a falta de pan, buenas son tortas, dice el dicho), el soso pero maligno Capriles Radonski que trae tras de sí una oscura y torva trayectoria de fascista activo, conspirador (activista de primera línea en el golpe del 11 de abril de 2002), violador contumaz de las leyes internacionales (asalto y agavillamiento a la sede de la Embajada de Cuba durante el golpe de Estado de 2002); la cacería de brujas de Primero Justicia contra los revolucionarios en esos aciagos días. Ese petimetre, lechuguino, heredero de una clase explotadora, hambreadora y entreguista de la Patria; sin hábito de lectura, que al parecer no lee ni la guía telefónica; abogado mediocre tipo universidad Santa María, pantallero, es el rival electoral de Chávez. Si no fuera porque hay todo un complot golpista donde el sionismo y el imperio pretende echarle mano a Venezuela y sus riquezas, daría risa. ¿Qué se esconde detrás de esa candidatura que es una pelea de burro contra tigre? Obviamente que, pese a su juventud, Radonski es una candidato cansado, sin fuelle, con un grupo de asesores que le dicen lo más mínimo de lo que va a decir o hacer.
Claro, la escasez de líderes en la derecha, viejos o jóvenes, no da para más, se agotó la partidocracia y también está agotada la llamada nueva generación, por inculta, por no saber nada de política y ciencias afines; se entiende, es la crisis del capitalismo y esa crisis es en Europa, en Norteamérica, en Latinoamérica. La oligarburguesía se agotó hace 13 años y está en fase de desintegración como lo está el capitalismo. Baste ver los nuevos líderes para percatarse de sus enormes carencias e incluso el peligro que representan para sus naciones y pueblo. Véase Bush u Obama, candidatos del marketin comercial, de la moda y el poder mediático, resultaron mediocres y pésimos gobernantes, gobernados a su vez por los verdaderos amos del poder, el complejo militar/industrial y el gobierno mundial. Véase, igualmente, los candidatos que presentó la oligarquía criolla “venezolana”, más deplorable no pudo ser el espectáculo que dieron los 6 pre candidatos de la pantalla y la de campaña por las primarias. A cada uno se le asignó un papel, se dividieron las categorías de ataques al gobierno, a Chávez y a la revolución. Hubo un momento que pudo parecer de confrontación real entre Pérez y Radonski, pero AD negoció secretamente y entregó íntegramente sus fuerzas y se prosternó ante el grupo fascista de Primero Justicia, igual a como lo hicieron en las elecciones de 1998. Se repitió la historia.
La opción de los revolucionarios es Chávez, su recuperación y nosotros como pueblo lo acompañaremos como siempre hemos hecho. El comandante Chávez va a una delicada operación, pero lleva la ventaja de su recuperación física y. como siempre, estamos convencidos de que no sólo saldrá bien sino que tendrá una rápida recuperación. El odio de la oligarquía y el imperialismo no pasará de su propia auto destrucción, ese veneno nos corre por la piel que tenemos curtida por la lucha de clases de estos 13 años de revolución y de la convicción de que la revolución bolivariana y socialista del siglo XXI es la más grande conquista política, ética, social, cultural del pueblo venezolano en toda su historia, y su agregado de las luchas de los años precedentes, de los años 60’, de los años 70’, el Caracazo de febrero de 1989, los alzamientos del 4 de febrero y del 27 noviembre de 1992.
Lo cierto es que el comandante Hugo Chávez siempre va a tener la última palabra, como siempre ha sido siendo como es el líder fundamental del proceso. Ya tenemos mucha experiencia en estas lides, de manera que lo que hay que hacer es afinar la organización, la movilización permanente y esperar con los brazos abiertos el regreso del Comandante.
(humbertocaracola@gmail.com) (Con Chávez y la revolución, todo) (Miembro del Movimiento Social de Medios Alternativos y Comunitarios MoMAC), (Libertad ¡Ya! Para los 5 héroes cubanos presos en la cárceles norteamericanas)