La verdad es que por más que uno se devane los sesos para intentar descubrir cuál es la razón por la cual los fascistas de este país, hacen lo que hacen, como herederos unos y actores otros, de lo que aquí sucedió hace 23 años, catalogado por la Fiscala General Luisa Ortega Díaz como la segunda mayor masacre de que se tengan noticias en este país, es difícil, aunque bien sabemos de sus intenciones, planes y compromisos con el imperio, pero lo que no entendemos, al menos yo, es por qué a sabiendas de que lo único que les esperaría en el supuesto negado de llegar al poder no podría ser otra cosa que la reedición, con mayor fuerza de otro caracazo, en respuesta a lo que ya es un hecho anunciado, regresar al pasado, sepultando las banderas bolivarianas y levantando las que levantó el nefasto CAP y que dieron origen a tanta sangre derramada.
Sería, no cabe duda, un segundo sacudón, pero tan contundente y efectivo, que no quedaría del fascismo ni el recuerdo, porque esta vez no habría una fuerza armada sumisa, entregada y vendida, que vaya a levantar sus armas contra el pueblo.
Así que lo que se puede concluir es que lo que buscan las huestes fascistas que se oponen a la revolución, no es otra cosa que aprovecharse de la inmensa fluidez de millones de dólares que van a manejar, para unos pocos vivos llenarse los bolsillos, sin importarles el engaño en que sumirían a quienes desquiciados por el odio, inyectado por sus medios, les siguen enceguecidos, sin pensar que ya lo que pretenden instaurar los lacayos arrodillados al imperio, viene de regreso en el mundo entero, que registra enormes movimientos de los llamados indignados, que vienen a confirmar que ni el liberalismo, ni el capitalismo y menos el fascismo pasarán; es algo que aquí ya vivimos un 27 de febrero hace 23 años y esa vez fue el pueblo el masacrado, esa vez el pueblo no fue a buscar a los lideres culpables de su hambre, pero en una nueva edición las cosas serían diferentes, veríamos a un pueblo sacando las ratas de sus madrigueras, para garantizarse que jamás intenten como ahora volver a gobernar, quitarle sus conquistas, como ya lo han intentado hacer y en algunos sitios lo han logrado, al llegar a ser gobierno en ciertos estados del país.
Afortunadamente para la Revolución este año electoral, esta cargado de fechas históricas que al ser conmemoradas nos recuerdan que tenemos que actuar en consecuencia y como herederos de los héroes que nos dejaron sus enseñanzas. Así vemos como en enero, nos encontramos con la conmemoración del glorioso 23 de enero en que el pueblo salió a romper las cadenas de una dictadura para después ser traicionado por la vieja derecha, madre de la de ahora, en el nefasto pacto de punto fijo, luego el inolvidable 4 de febrero cuando un hombre inigualable, con una sola frase se metió en el corazón de los venezolanos que mayoritariamente le han sido fieles para mantenerlo al frente del mejor gobierno que haya tenido este país, después el 12 de febrero cuando la juventud dejó claro que no es indiferente para luchar por su patria, y hoy es vivo ejemplo cada año para recordarle a las nuevas generaciones su deber patrio, luego un 27 de febrero cuando este pueblo le recordó a sus nuevos colonizadores que existía, que en él estaba viva la llama independentista y que estaba dispuesto a morir para no permitir más nunca dejar de ser libres, luego un 06 de diciembre cuando el soberano elevó a la mas alta posición de la Patria a quien durante 13 años ha sabido responderle con realizaciones acabando con aquellos políticos que solo basan su discurso en promesas, olvidándose de su cumplimiento, porque no son ellos quienes gobiernan sino que están puestos allí para defender los intereses de los nuevos colonizadores, porque son enemigos de la patria, lo han demostrado muchas veces, y así todas la fechas patrias que cada vez que se celebran les causan escozor, piquiña. Es decir esta gente indeseable, no tiene fechas que conmemorar o celebrar, a no ser el 4 de julio que es la fecha de independencia de sus amos. Por ello no volverán, porque vendrían a tirar a la basura la imagen de Bolívar y detrás de ella la nueva Constitución, a borrarle el nombre de bolivariana a todo, a quitarle a tantos y tantas sus conquistas, a aumentar los índices de analfabetismo, de desnutrición, de muerte y miseria, porque así es como siempre han acostumbrado gobernar, pero resulta que eso aquí no se va a poder, porque si llegasen, lo que se les augura es un final muy desagradable, porque este pueblo, distinto a los anteriores de la llamada IV república, ha cambiado tanto que en menos de lo que canta un gallo pondría orden y las cosas en su lugar.
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