A otros les echarán ese cuento de que Henrique Capriles Radonski habla poco porque no quiere confrontación. La razón fundamental de que el candidato de la mal llamada Mesa de la Unidad Democrática (MUD) a la Presidencia de la República ande callado, tiene que ver con su ineptitud política; este viejo copeyano de Primero Justicia ha demostrado hasta la saciedad ser incapaz de sostener una campaña electoral de envergadura la cual implique argumentos sólidos y convincentes, ante una Venezuela cada vez más exigente y más consciente de lo que quiere y de lo que le conviene.
Expuesto de otra forma: el mutismo de Capriles Randonski se debe a que carece de la suficiente preparación y recorrido, para enfrentar a un líder tan sólido y arraigado en el corazón del pueblo como el presidente Hugo Chávez.
Y eso lo saben los miembros de la MUD, así como otros políticos de este país e, incluso, la población. Por eso vemos que el representante de los intereses oligárquicos y burgueses se crece en la página de un periódico, en el espacio de un medio digital, en una estación de radio o de televisión, donde no tiene problemas porque los periodistas lo hacen hablar a preguntas; pero observen que nunca se lanza en un discurso coherente si quiera de una hora, para ver si de verdad el plátano verde mancha o todo lo que brilla es oro.
El silencio de Capriles bajo el argumento de evitar enfrentamientos y no sentirse aludido por Chávez, mis amigos lectores, no es más que una táctica de sus estrategas que saben que si lo dejan hablar mucho, se va sepultando como candidato ante un monstruo político como Chávez. Ya existen antecedentes de este tipo. En Maracaibo, Eveling Trejo para que ganara los comicios a la Alcaldía, en esa misma contienda en la que también se eligieron diputados, tuvieron que mandarla a callar. Cuando hablaba hacía muy evidente su incompetencia. Perdía puntos. La salvó la debilidad y el poco agarre que tenía en la población el candidato que la adversó por parte de la revolución en 2010.
Igualmente esa situación se palpó en los llamados debates de las primarias, en los que el mínimo aspecto estaba cuidadosamente estudiado y analizado, para que los candidatos no cayeran en lo superfluo e insustancial ante el país, sin embargo, no hicieron más que mostrar su pobreza política. Nunca lograron despertar el entusiasmo de la gente salvo la vez que Henrique Capriles y Leopoldo López se confabularon, con el objetivo específico de asestarle una puñalada trapera a Pablo Pérez.
La situación se les agrava, porque el sector opositor nunca ha tenido una propuesta clara que plantearle a los venezolanos; de allí que vemos a veces a un Capriles firme al sector que lo vio nacer y que lo mantiene económicamente, y otras haciendo de chavista con la banal esperanza de captar gente de este lado a riesgo de que, por el contrario, más bien se ponga en evidencia y alerte a sus pocos seguidores de los grandes logros de este proceso revolucionario.
No es fácil enfrentar a Chávez ¡qué va a ser fácil!, si aún en las peores adversidades de la vida, el máximo líder de la revolución bolivariana se crece dando lecciones de coraje y valentía a la oposición…Tremenda papa caliente tienen entre manos los asesores del “Majunche” Henrique Capriles Radonski.
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