Necesitamos ver el bosque

El árbol no deja ver el bosque

¿Qué debemos ver? Viene a colación la interrogante a raíz de la brutal arremetida que se le ha hecho por algunos sectores identificados dentro del chavismo al joven conductor del programa Zurda Conducta, Oswaldo Rivero, por el “terrible” delito de jugar básquet con el candidato de la derecha Henrique Capriles.

Hacer  de esto una campaña para salvar al revolucionario en estado puro que necesitan los que creen en él, nos obliga a repensar y pensar definitivamente en la necesidad del pensamiento – otro que reinvindican en el sandinismo, a partir de los aportes de Carlos Midence, de manera de lograr entender que la geometría del poder tiene varias aristas y una de ellas que por silenciosa no deja de ser importante es la geografía mental del poder. Pensamiento otro con el que se inventa otro PSUV, otra práctica, pero con el mismo Chávez.

Nos afecta, sencillamente eso que Hinkelanmer llama la ética del ladrón y donde se somete todo al cálculo, todo se mide. En este contexto, Oswaldo Rivero es percibido como un simple objeto  y su manipulación habla por sí solo, más bien de nuevas  formas virales de la maldición de la malinche. Cuál es el error, sonreírle a Capriles, jugarse con él, pudiera ser un error, pero también la expresión aquella pascaliana de lo causante y lo causado. Uno puede ser hoy la causa y hoy mismo lo causado. Necesitamos de verdad aprovechar el tiempo para recrear nuevas formulas de  una aritmética de la esperanza y las operaciones fundamentales en esta ecuación serían la suma y la multiplicación, ese es un mandato histórico que puede ser perturbado para bien de los imperios: los de afuera y los de adentro , así como los imperios mentales para restar y dividir, y lamentablemente eso lo estamos haciendo y no porque Oswaldo invite al asalta embajadas a jugar básquet, sino porque  nos incomodamos por ello. Han pasado 12 años – que no han pasado- desde que el comandante presidente asumiera el gobierno y hasta estas alturas vemos como una afrenta la acción de Rivero. Este tiene  su forma particular de SER, como la pudiera tener cualquiera de nosotros. Ha estado claro, eso creo, y hasta ha arriesgado su vida al estar presente en los aquelarres de los enemigos de la patria, porque también tiene su forma particular de HACER. Lo que  resta, lo que divide, no es que se retrate con el candidato de la derecha, sino que otros se fundamentalicen e invoquen una inquisición tropical contra todo aquel que ose  sonreírle al enemigo aunque esto sea un excelente ejercicio de la ironía, que bien saben hacerlo Oswaldo y los demás camaradas de zurda conducta, porque sencillamente ese acto es la mejor expresión de la conducta zurda tan necesaria para decir a gritos que la irreverencia se haga arrechamente militante. Entonces, ¿con que nos quedamos para nuestros ojos? Con el bosque o con los arboles, escoja usted y hágale un favor a la relatividad del viejito Einsten, asumiendo que lo que para mí es el bosque, para otro es el árbol. O sencillamente nos convertimos por decreto  en un bicho ético del museo de los revolucionarios con el máximo nivel de pureza. Sobre este episodio que nos detiene tenemos que hacer lección, pero para crecer en el camino, por ello insisto en Hinkelanmert: Lo real no es lo que se puede medir sino lo que se escapa cuando todo ha sido reducido a la medición. Lo no medible, lo cualitativo, es lo real. Ello porque tenemos que vivir este tiempo como nuestro Kairos, nuestro momento estelar, no para nosotros sino para la patria que nos demanda compromiso. No vaya a ser que las intestinas guerrillas hagan más fácil el juego  a aquel que “tiene la aspiración de poder destruir a todos sin arriesgar su imperio”. Así ya lo ha empezado a practicar el imperialismo. Mientras  ahora  algunos quieren  seguir padeciendo de esa extraña ética de los imperios, de seguro que para confundir.

No termino sin un ejercicio práctico necesario para curar los adentros mentales: evalué usted camarada la sonrisa o el abrazo de algunos que tenemos al lado y de seguro concluirá que ella no tiene nada que envidiarle al acto por el que se enjuicia a Rivero.

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Nelson España

Miembro del Frente Antiimperialista de la Zona Sur - Anzoátegui

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