Uno se pregunta que tan grave es el daño que Chávez les ha hecho a los escuálidos para que tanto lo odien, hasta el punto de invocar al mismo Dios para que termine con su vida de una vez por todas, que hasta misas hacen para ese fin. La misma iglesia católica (por supuesto su jerarquía) con la hipocresía que la caracteriza, no ve por ninguna parte nada positivo que haya hecho el gobierno por muchísima gente de paso.
Uno puede entender que gente que tuvo privilegios los cuáles han sido limitados durante este proceso, porque ni siquiera se les han quitado, puedan sentir resquemores por no decir odio, en contra del Presidente. Lo que no se puede entender es que personas que fueron unos pendejos, con todo respeto, antes de que Chávez apareciera en el escenario político venezolano, continúen siendo los mismos pendejos después que apareció Chávez, tiene la temeraria osadía de culpar a Chávez de continuar siendo unos pendejos. Por ejemplo: uno puede entender a Marcel Granier, a Alberto Federico Ravell a Miguel Otero y tantos otros.
Uno se encuentra a personas de la tercera edad en las colas de los bancos para cobrar su pensión, religiosamente depositada mensualmente, hablando mal del gobierno y cuando se le replica acerca de su pensión que cobran puntualmente, dicen que eso no es ningún favor que se les hace, que eso es un derecho. Y claro que es un derecho, solo que ese derecho ¿Era reconocido por los adecos y los copeyanos en el pasado?. No les gusta que les recuerden el pasado, cuando esos hechos son precisamente los que determinan los hechos futuros y para muestra un botón. Si los adecos y los copeyanos hubieran ejercido el poder en favor de las mayorías, seguramente Chávez hubiera culminado su carrera militar, pasando a retiro como tantos otros a vivir sus últimos años por allá cerca del Apure meciéndose en un chinchorro y disfrutando de la tranquilidad de esas extensas llanuras, porque resulta que Chávez es una consecuencia, no es la causa.
Ahora es muy fácil culpar a Chávez de todas las plagas que azotan al mundo y lo peor es que quienes lo culpan, siguen gozando de lo lindo de sus privilegios, no pueden ver un yate, un avión, un hotel siete estrellas, un restaurant de lujo donde se deleitan de las mejores exquisiteces, automóviles los mas lujosos sin que se les lancen de cabeza, eso si, en un país que se está cayendo a pedazos, donde nos estamos muriendo de hambre, donde los principales medios de difusión privada hacen alarde de la más cara publicidad para adornar los maravillosos productos que venden.
Y uno continúa preguntándose, ¿Cuál es el crimen tan horrendo que ha cometido Chávez para desearle tanto mal?...
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