Abril de Pueblo rebelde, luchador, protagonista. El mismo Pueblo que el 19 de abril de 1810 dio un paso al frente exigiendo el fin de un régimen impuesto a sangre y fuego, elevó la misma petición el 13 de abril de 2002. Ambos abriles tuvieron sus protagonistas conocidos y anónimos y derivaron sus aprendizajes y aportes a los procesos posteriores. Expondré un par de ideas sobre estos aportes.
El levantamiento popular del 19 de abril comenzó una etapa revolucionaria
que si bien llevó a firmar la Independencia y a constituirnos como república, no logró consolidarse en sus principios fundamentales, significando que a los pocos meses cayera la Primera República. El del 13 de abril marcó también una nueva etapa de nuestra historia contemporánea, donde tras un muy doloroso aprendizaje se confirmó que para hacer verdadera Revolución es condición necesaria más no suficiente romper las prácticas del pasado. La Revolución para ser tal requiere más: nuevas ideas, nuevos valores, nuevas subjetividades, nuevas conductas y nuevas praxis, aspectos a los que se han dedicado ingentes esfuerzos especialmente a partir del despertar forzoso al que nos obligó la derecha antidemocrática hace 10 años.
Escogiendo sólo dos aprendizajes de estos abriles, me quedo con estos: 1) que los cambios estructurales y sustentables sólo son posibles si se basan en la formación y el fortalecimiento de una conciencia social de nuevo orden; 2) que el Pueblo tiene el poder y en cuanto tal, la capacidad -y me permito agregar, la responsabilidad- de ser la vanguardia que guíe, acelere y profundice las transformaciones sociales. Y es que los cambios más profundos de esta Revolución Bolivariana han sido posibles cuando se han combinado dichos aprendizajes, aplicándolos día a día desde las cosas más sencillas que nos enseñó Aquiles, con el permiso de inventar y errar que nos enseñó nuestro Robinson, con aciertos y desaciertos, con tareas cumplidas y pendientes, pero siempre con el deber indeclinable de aprender y mejorar.
Aprendamos de nuestro abriles. ¡Y qué vivan nuestros abriles!
oliver.reina@gmail.com