¡Qué tal, camarada! Pendientes de Chávez. Desencantados con la participación de los países latinoamericanos a la reunión de Cartagena. En criollito: ¡qué cagada!
Increíble que sólo Correa (y sin ofender a nuestro Líder y a nuestros presidentes(as) progresistas) pareciera ser el que está más claro con todo lo que es la lucha revolucionaria.
No le tiembla el pulso, o la voz, para decir verdades… como los otros, pero tampoco para la decisión acertada cuando hay que hacerlo: “no voy a la Cumbre de las Américas porque no asiste Cuba”, y no va.
Otro que demuestra estar bien claro es Evo Morales, cada vez más hacia la Soberanía de Bolivia y a favor de su pueblo. De Ortega, ni se diga, hasta congregó a juventudes para darles un mensaje solidario con Cuba y la Alba, simultáneamente a la Cumbre.
En cambio, sin mencionar a los otros anti-soberanía, Ollanta Humala ha realizado conversaciones bilaterales con Canadá, USA, Costa Rica, Chile, una pendejada.
El presidente Santos, en esa ambigüedad en la cual todavía no creemos, hizo todos los esfuerzos para que todos asistieran, tal vez para demostrar poder de convocatoria. Pero… fue solidario en que no habrá otra Cumbre de las Américas sin la hermana Cuba.
Y con relación a esto, he venido comentando, en uno que otro artículo, que debemos ampliar el término de hermano país, hermana nación, a los países que nos acompañan en la nueva independencia de América. No sólo mencionar “hermana república” cuando nos referimos a Colombia.
¡Todos los países progresistas, y los que se están colando, inclusive de las islas del Caribe, son nuestros hermanos!
He sido crítico con la poca participación de los intelectuales en las actividades revolucionarias. Por sus condiciones, por lo menos los literatos, se han quedado en sus libros y en alguna que otra intervención en un acto, invitados como oradores.
Quisiéramos verlos en la palestra política. Con alguna frecuencia dando charlas en las comunidades, en los liceos, en las universidades. No sólo en la lectura y la producción literaria, aunque muy buena.
Por eso, cuando veo al “insignísmo” escritor, hombre fuera de serie en el pensamiento y en el análisis, crítico en profundidad, Luis Britto García, participando con sus certeros escritos, me anima por demás a tratar, con todas nuestras debilidades intelectuales, a seguir opinando, porque nos sentimos bien apoyados.
Les digo algo, camaradas, he tratado de aproximarme a él, bien enviándole algunos correos (me ha contestado alguno) o bien aproximándome en una Feria del Libro, cuando he hecho un esfuerzo para ir a Caracas, pero lo ven a uno como un extraño que quiso saludar, medio metiche porque generalmente están reunidos varios intelectuales.
Sería un honor, como pensarán muchos, tener un mejor, aunque breve, contacto.
No he podido superar mi estatus ya que me publicaron sólo dos novelas de corte histórico, y por ello no califico entre el grupo intelectual. Una de ellas, “EL NIÑO SOL DE LA NEGRA HIPÓLITA” sobre la infancia de Bolívar, con la que participé en el Premio de Novela Rómulo Gallegos y tengo el honor que Britto la mencionó en su columna de prensa.
Por cierto, y perdonen la mención, para su publicación fue evaluada por un tremendo intelectual margariteño, Chevige Guayke, extremadamente crítico literario y escritor, quien me dijo: estoy de acuerdo con su publicación, es más, debería llegar a 50.000 ejemplares. El Fondo Editorial del Caribe tiene un tiraje máximo de 1.000. Ahí quedó, en la provincia.
Tremenda arrechera agarré cuando en Globovisión (porque hay que verlos, aunque sea de a raticos y tomando purgantes) presentaban la intervención de Britto con relación a la libertad de expresión y colocaban bajo su imagen “agente del gobierno de Venezuela”, manera despectiva a visión de los escuálidos.
Para nosotros un orgullo. Bueno, son dos visiones que permanecerán totalmente opuestas.
También, después de tanto escribir sobre ese delicado tema, logró que el gobierno decidiera, tardíamente, a retirarnos del Centro Internacional de Arreglo de las Diferencias sobre Inversiones (CIADI), dependencia del banco mundial evitando que árbitros o jueces extranjeros decidan sobre nuestros contratos de interés público.
Ahora voy al nuevo respaldo que exigimos, y donde, estimo, deberíamos unirnos los aporreadores por vez primera, y generar un comunicado al respecto. No escribiré del tema, sino copio de la propuesta del maestro Britto. Copio de Aporrea:
“Decidámonos
¿Por
qué tenemos que reconocer organismos que no reconocen que Venezuela es
soberana? Ya el Poder Ejecutivo y el Judicial han manifestado el
propósito de excluirnos de esos tribunales que pretenden suplantar al
sistema judicial venezolano. Tal decisión debe ser perfeccionada por el
Poder Legislativo. Para retirarnos de la Convención Americana basta que
lo decida la Asamblea Nacional, según el artículo 187, numeral 18 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Según el artículo
78 de la Convención Americana, se requiere para ello el preaviso de un
año; las causas ya entabladas seguirán su curso, pero no se podrán
iniciar nuevas demandas. Sería oportuno que adoptáramos dicha decisión
en conjunto con otros países que han formulado severas críticas contra
esos organismos y han sido víctimas de sus decisiones ilegales. Sería
conveniente que lo hiciéramos con la mayor prontitud, para evitar que,
como sucedió con el CIADI, cada nueva condena injusta cause mayores y
más contundentes daños a Venezuela, e incluso que, como ya lo han hecho,
pretendan invalidar decisiones atinentes ni más ni menos que a los
procesos electorales de nuestro país. Decidámonos, antes que la Corte pretenda decidir que no somos soberanos”.
edopasev@hotmail.com