Dicen que los paramilitares y los guerrilleros colombianos, tienen una especie de competencia en el cultivo de extensiones de coca y marihuana, que luego las procesan y manufacturan, para comercializarla mediante el tráfico clandestino por territorio extranjero hasta llegar a su destino final, Estados Unidos. Allá la clasifican, donde una gran parte la llevan a laboratorios para convertirla en medicamento a fin de mitigar la enfermedad de drogadictos, quienes por cierto, la mayoría son sobrevivientes veteranos de guerras, que fueron enviados a frentes de guerra para masacrar inocentes niñas, mujeres y ancianas, cuyos macabros actos nunca les remuerde la conciencia porque siempre la tienen bloqueada con dosis de drogas que el gobierno norteamericano le suministra en las raciones de combate y otros productos de consumo masivo, acompañado de un constante bombardeo sicológico televisivo de circuito cerrado, para inyectarles la xenofobia mientras están drogados matando gente, los entrenan para escuchar simultáneamente la melodía psíquica xenofóbica y la voz de mando de ataque y contrataque en campo traviesa.
Traigo todo esto a colación, porque Venezuela no escapa de ese flagelo o recorrido comercial, donde primero chantajean y luego compran algunos jueces, militares, políticos, funcionarios públicos, médicos, abogados, ingenieros, policías, gobernadores, presidentes, alcaldes, concejales, diputados y pare usted de contar, y terminan involucrados en grandes redes internacionales del narcotráfico de mucho renombre o prestigio internacional, como es el caso del narcotraficante Walid Makled y el ex juez narco Eladio Aponte Aponte ambos protegidos de la DEA. No me extraña que Makled se escape un día de estos, porque a nuestro Presidente Chávez no lo van a engañar firmando indultos, como ocurrió con el caso de Larry Tovar Acuña y el ex Presidente Ramón Velásquez. Vamos a estar claro, el narcotráfico en Venezuela, está a la defensiva estos últimos 13 años, porque nuestra revolución con su fanb les ha dado en la llaga, ha deportado varios miembros de ellos, ha decomisado grandes alijos de drogas, ha descubierto y deportado a cientos de paramilitares, etc.
A donde quiero llegar y con esto concluyo, es que la presencia operacional del narcotráfico en Venezuela, nunca ha desaparecido. Todavía hay grandes empresarios, magnates capitalistas involucrados conjuntamente con alguna gente del gobierno o algunos representantes de autoridades, ya sean civiles, militares, judiciales o policiales. Lo que sí es cierto, que actualmente no hay militares involucrados en narcotráfico. Sí los hubo antes del golpe del 2002. Aunque vamos a estar claro, cuando el narcotraficante quiere dañarle la imagen o rayar a alguien en particular, con sus tentáculos metidos en el gobierno, siembran drogas a cualquiera, sea militar, cura, gobernador, etc. O ponen a payasear a un capturado como Makled o a un fugitivo como Eladio Aponte, a decir cosas que nadie cree, como esa patraña o pancada de ahorcado que está tratando de involucrar a mi general Cliver Alcalá y a mi General en Jefe Rangel Silva, o las mentiras del ex juez narco, quien supuestamente firmaba credenciales a narcotraficantes por orden de nuestro Presidente Chávez. Si Aponte Aponte la cruenta inquisición chavista en acción. Hasta la próxima entrega.