Sin embargo, no faltan los anti patria o defensores de las políticas neoliberales fondomonetaristas, capaces de vender su alma con tal de llegar al poder para desde allí, al mejor estilo colonial, ofrecer al imperio de turno todos los recursos naturales de nuestra gran y hermosa tierra bolivariana. Tal es el caso de Henrique Capriles, hoy y a la vista de todos candidato presidencial de la oposición venezolana.
A sabiendas de estar perdiendo por un amplio margen las elecciones presidenciales, ante el Presidente Chávez y la Revolución Bolivariana, la oposición y su candidato Henrique Capriles, con el apoyo del Departamento de Estado, en las sombras, preparan el desconocimiento del orden constitucional. De una u otra forma quieren llegar al poder. Con el mundo de cabeza, la Venezuela Socialista del Siglo XXI, según las políticas fondomonetaristas, es un mal ejemplo que debe a toda costa ser callado. ¡No es posible que el imperio más poderoso de la historia y su hegemonía planetaria pueda ser puesta al descubierto por un pequeño e insignificante país tercermundista llamado VENEZUELA BOLIVARIANA!
La teoría del caos social es la primera y principal arma opositora en el plan. Ejemplo de ellos son las recientes invasiones a Libia, Siria e Irán, dirigidas y financiadas por el gobierno imperial de los Estados Unidos y la Otan como brazo ejecutor. Lo mismo ocurre en África y en la vecindad de China y Corea. La idea fundamental es que mientras los Estados se destruyen a sí mismos, las fuerzas imperiales se hacen del poder. En un mundo de caos social, el desarrollo tecnológico y el potencial militar industrial de los países, con gobiernos fascistas neoliberales, hoy quebrados económicamente y convulsionados por protestas sociales contra las políticas gubernamentales, son suficientes para mantener la dominación y imperial.
El problema Venezuela: En ese esquema de hegemonía imperialista se enmarca la actual campaña electoral opositora a favor de Henrique Capriles. Para ellos, las instrucciones del Departamento de Estado, a través de todos y cada uno de los operadores disponibles están claras; para llegar al poder es necesario crear el caos, la ingobernabilidad, incluyendo la desaparición física del Presidente Chávez. Lo que Capriles no dice, no sabe, o no entiende, es que; una vez que la rueda de la ingobernabilidad está girando, en un país con un BRAVO PUEBLO, de luchas antiimperialistas de más de 200 años de historia, como Venezuela, detenerla es difícil e incluso IMPOSIBLE para una persona de su capacidad intelectual. Es entonces ese escenario, donde Henrique Capriles no tendrá la capacidad de dirección y control prometido. Será un títere más de las fuerzas imperiales y neocolonizadoras de los Estados Unidos.