Los movimientos que hace la oposición venezolana, demuestran la intención de no aceptar el resultado electoral del 7 de octubre, sin embargo esta opción es tan difícil como la electoral, porque “deseos no preñan”.
En el 2002 la oposición alcanzó su mayor poder de movilización en la calle. La marcha que desviaron hacia Miraflores, para tumbar al gobierno, fue una representación considerable de su fuerza.
Durante ese año la campaña de división y captación de militares por parte del departamento de estado, fue efectiva, y los opositores pudieron convencer a algunos generales dentro de las FANB.
Esa realidad política que se expresaba en el 2002 no es la misma que se vive en la actualidad. El gobierno bolivariano no estaba tan consolidado como ahora.
Los avances de la revolución en aéreas tan importantes como la social, la crisis sistémica internacional del capitalismo en todas sus modalidades, y los errores cometidos por la ultradrecha en la conducción de su lucha, han permitido que el modelo socialista sea aceptado por amplios sectores de la sociedad venezolana.
La correlación de fuerzas en la FANB entre militares que se definen constitucionalistas, nacionalistas, socialistas, bolivarianos, patriotas y religiosos es de aproximadamente 80%.
Una aventura armada requiere contar abiertamente con el apoyo militar de los EEUU, y sobre todo necesita voluntarios dispuestos a mantenerse en guerra.
Sin duda que hallar combatientes y mantener un ejército en un país pacífico y donde las expectativas económicas, se mantienen en equilibrio, es bastante difícil.
La confianza y la fiabilidad del Consejo Nacional Electoral, la presencia masiva de representantes internacionales, la tradición democrática electoral de nuestro país, son elementos a valorar si se escoge el camino del desconocimiento electoral.
¿Aceptará la opinión pública venezolana los horrores de una guerra interna por la insensatez política de algunos dirigentes hambrientos de poder? ¿Cuánto tiempo podrá mantenerse en pie una resistencia armada que es rechazada por el 90% de la población?
La opción armada no va a poder sostenerse y está condenada al fracaso, porque como dicen vulgarmente ¿Con que culo se sienta la cucaracha?.
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