Siempre se ha dicho, que la mejor manera de ejercer la aplicación de políticas públicas por parte de un gobierno, es tener una excelente oposición política, que se caracterice por la seriedad en sus planteamientos, evaluación exhaustiva de las consecuencias originadas por las decisiones emanadas a nivel gubernamental, la presentación permanente y metódica de planes alternativos a los que ellos consideren no convenientes al interés supremo de la nación, es decir, ser un contrapeso real y constructivo a lo que se conoce como el oficialismo.
Lo lamentable, es que lo expresado anteriormente, no tiene nada que ver con las locuras y contramarchas que presenta el oposicionismo político venezolano, que presenta una cadena interminable de errores políticos, entre las últimas podemos mencionar:
1.-Su estrategia política de seguir generando terror psicológico en la población, a través de los grandes medios de comunicación social, intentando manipular la realidad “vendiendo” la idea de que estamos en un país que “se está cayendo a pedazos”…cada vez menos personas les creen.
2.- Magnificando cualquier situación irregular que se pueda presentar con los servicios públicos, ejemplo: apagones y el agua potable. Agarrándose de cualquier situación coyuntural, ejemplo: el cierre de la planta
3.- “Ligando” la muerte del Presidente de la República
4.- Pedir apoyo al ex presidente colombiano Álvaro Uribe, para que participe de manera frontal en la campaña electoral presidencial venezolana.
5.- Comenzar a cuestionar la credibilidad en las encuestadoras que dan una evidente ventaja en la intención del voto, a favor del candidato-presidente Hugo Chávez.
6.- La existencia de una alta pugnacidad en el interior de la MUD:
A. choque entre el partido Primero Justicia y Podemos con el resto de la oposición por el uso de una “tarjeta única”, lo cual quedó en “tarjeta unitaria”.
B. Hay sectores que consideran que se debería cambiar de candidato presidencial, porque visualizan la derrota de Capriles de manera contundente.
Todo lo anterior, es una crónica de una paliza anunciada.
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