Carta a Capriles; digital para que no la bote

Antes de saludarle, espero que se encuentre bien en función de la derrota que recibirá el 7 de Octubre.

La presente es para decirle que la cuestión no es que Usted como candidato de la mal llamada Mesa de la Unidad Democrática (MUD), bote las cartas de la gente que le pide ayuda, sino que todavía haya personas creyendo en políticos que dicen encarnar el presente, el futuro, cuando en realidad no son más que una ficha viciada de un pasado que siempre estuvo de espaldas al pueblo y al que Venezuela no quiere volver.

Y eso no deja de preocupar, porque Usted es un candidato cuya aversión a las personas de más escasos recursos es tan evidente, que hasta se le hace imposible fingir afecto hacia ellas. Le da un beso a una niña, a un niño o a una viejita y no lo he visto limpiarse la boca todavía como María Corina Machado, pero igual se le nota el asco. Y le queda mal, muy mal. Se ve extraño, descontextualizado; le falta naturalidad porque los gestos y el cariño no le salen del corazón. Me imagino a sus asesores halándose por los pelos sabiendo que pierden el tiempo; conscientes de que por mucho que sepan y se empeñen, no pueden ni podrán reivindicar en las masas a un candidato que siente un rechazo natural por la gente de los barrios. Nació así y que se le puede hacer.

Por eso no convence, no cala, no pega, no tiene empatía con el pueblo. Habla y las mentiras se le brotan por los poros sin darse cuenta. Es una pena gastar tinta diciendo quien es Usted, la gente debería saberlo ya, conocer de su precaria calidad humana, sin embargo, siempre hay incautos que le creen y cometen la tontería de entregarle una carta con solicitudes, encargos, demandas, súplicas...

Qué le va importar a Usted la petición de una máquina de coser de una familia que tiene la esperanza de sobrevivir cosiendo ajeno; de un congelador que le permita a una señora ganarse la vida vendiendo tetas; qué le puede interesar una misiva de una madre pidiéndola una licuadora con la que pueda batir el alimento de su bebé o la exigencia de unas láminas de zinc para el techo de una casa que se llueve, o simplemente trabajo digno. Nada, no le interesa; Usted no sabe de hambre, miseria. Siempre tuvo buena comida, ropa cara y elegante; la diversión, los gustos y los placeres que el dinero permite  y eso lo terminó de hacer insensible. Usted en definitiva, no conoce las carencias de la vida, tal vez la del amor de una pareja porque ha dicho que aún no tiene tiempo para ello y eso, supongo, que es una decisión personal y como tal se le respeta.

Botar las cartas como lo hizo en Maracaibo, en el sector Santa Lucía, no significa nada para un ser humano de su naturaleza, más cuando sabemos que eso es una práctica vieja de los candidatos de la oposición. Hagamos un poco de memoria y recordemos que en noviembre de 2008 en las elecciones regionales, Manuel Rosales, candidato a la Alcaldía para la fecha, echaba a la basura los papeles escritos que  le entregaba la gente en las caminatas y las concentraciones. Tal atrocidad se hizo pública en su momento causando revuelo y ahora reinciden y reincidirán porque esa es la forma de proceder de AD y Copei y sus herederos. Por cierto, Rosales como María Corina igualmente se limpia la boca cuando besa al pueblo, eso deben recordarlo.

Usted niega que botó las improvisadas misivas, lo mismo que Pablo Pérez, quien lo secunda en el Zulia, pero como decimos en criollo: los políticos de la calaña de ustedes son cortados con la misma tijera. No tienen diferencia. Se tapan unos con otros. Sólo les concierne el pueblo por el voto.

Pero no olvide que esas cosas que pegan duro en el alma, la gente nunca las  echa en saco roto...Seguro la debe y se la debe bien caro a esa gente humilde que sí sabe de necesidades.

Sin más a que hacer referencia, se despide:

albemor60@hotmail.com

@AlberMoran



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Alberto Morán


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