A estas alturas del partido no tiene mayor sentido seguir teorizando en la mediática acerca de la pretendida reencarnación del neoliberalismo internacional desde Venezuela, esta vez personalizada por CAPRadonsky, pues, ya se sabe cuál es su pragmática orientación, que no es otra que la intención de echar por tierra, la referencia latinoamericana, y mundial, el proyecto revolucionario venezolano, porque este significa la posibilidad más seria, nacida de la Cuna de El Libertador de América, la emancipación definitiva de los pueblos contra el capitalismo internacional.
Ahora, este capitalismo, más aun en estos tiempos de crisis existencial, mientras guerrea subyugando pueblos en otras partes del planeta, se debate entre las nuevas fórmulas de gobiernos dictatoriales para lo que ahora considera como su patio descarriao, tipo Honduras y las llamadas democracias representativas, como Chile, Panamá, Colombia o México, mediante los cuales se garantiza, no solo la posibilidad de manutención de los requeridos recursos naturales para garantizar el sistema depredador de la humanidad.
Radonsky, o más bien sus asesores, no miden otra cosa más allá de la alienación proyectada, fundamentalmente en la juventud primaria (15 años) para controlar sus anhelos inmediatos, creyendo que los agarrarán electoralmente con el anzuelo del trabajo seguro como demagogia o disfrazas de populismo como oferta hacia el O7/Oct., para pretender tres indiscutibles resultados estratégicos. Por una parte, haciendo trizas aquello manejado desde antaño, en cuanto a que lo único que los pobres dejan a sus hijos es la educación, con lo cual sacarían nuevamente a los hijos del pueblo del sistema escolar para diluirlos en la explotación temprana, significando asimismo, que todos los recursos del estado para la educación, como pasa en el caso de todos los gobiernos de derecha, irían a parar a las instituciones escolares privadas, de paso, evitando las acciones de indignidad juvenil que hoy recorre el mundo; con estos muchachos en labor de asalariados, recuperarían la parte del capital que piensan ellos, en mala hora e inmerecidamente entregan a los trabajadores mediante el sueldo, asumiendo que estos, alienados en mentalidad son consumidores empedernidos e inmediatistas por su juventud, tal es el caso de trabajadores como los de la cervecera Polar o cualquier otra empresa capitalista, que luego de la jornada semanal, el viernes, sábado y domingo, los trabajadores regresan sus dineros consumiendo las baratijas producidas o fabricadas por el patrono.
Antes que ver redundancias de funcionarios o políticos criticando a Capriles, creyendo que se la están comiendo, es preferible desenmarañar lo que realmente significa esa oferta engañosa del empleo para los jóvenes de 15 años. Saquemos el jugo a la verdadera pretensión de los neoliberales; digamos por todos los medios y a toda garganta, a las madres, padres y representantes, a maestros y demás ciudadanos de bien colectivo, que la derecha y su candidato lo que quieren en el fondo es dejar a nuestros muchachos de hoy y los de mañana, en la ignorancia y la pobreza eterna, porque, está demostrado, como dice el Comandante Chávez, para salir de la pobreza, démosle poder al pobre, que ese poder, no es más que el conocimiento, mientras Simón Bolívar nos advirtiera “nos dominan más por la ignorancia que por el látigo”.
